No Me Olvides© #NMO (Disponible en Amazon)

Capítulo 5

Al día siguiente, a falta de una noche más para llegar a nuestro destino, Max decidió hablar con Julia, no podía dejar las cosas así con ella. Se levantó temprano y sin que Sebas se diera cuenta se dirigió al camarote de la chica. Esa noche había estado reflexionando sobre lo ocurrido llegando a la conclusión de que su hermano había acertado con su comportamiento. Julia no se merecía ser tratada de esa manera.

Julia se despertó al escuchar unos suaves golpes en la puerta y tras levantarse lentamente abrió dejando pasar a Max.

―¿Qué quieres? ―preguntó la joven en pijama y con el pelo revuelto.

―Julia... Yo... Estuve pensando esta noche, apenas he dormido. Sé que hice mal ―balbuceó sentándose al borde de la cama de la joven―. Lo siento.

Julia abrió la boca para decir algo, pero éste volvió a retomar la palabra.

―Mira, antes de que me digas nada necesito decirte yo algo ―hizo una leve pausa para coger aire―. Creo que aún no estoy preparado para una relación seria ―agachó la cabeza sin poder mirarle a los ojos―. Espero que me entiendas.

―Entonces, ¿estás rompiendo conmigo? ―Su voz sonó temblorosa mientras se dejaba apoyar contra la pared para no caer al suelo por la flojedad que le entró en ese momento.

Max se levantó de la cama y se colocó frente a ella quien rompió a llorar en silencio al tenerle a escasos milímetros y no poder tan siquiera volver a besarle.

―No te merezco, siento mucho haberte hecho daño. No quiero volver a hacerlo nunca más ―le agarró de los hombros y le arrimó más a él. Hizo el amago de abrazarla pero ésta se percató de las intenciones y le dio un suave empujón haciendo que se alejara de ella unos pocos centímetros. Éste frunció el ceño. ¿Qué pasaba? ¿Por qué no le dejaba consolarla?

―Max... ―se decidió a hablar entre sollozos―. Sé que en Nueva York vamos a tener que convivir juntos unos días pero quiero que me prometas algo.

―Lo que quieras. Dime. ―Sus ojos estaban puestos en los de ella.

Julia tragó saliva.

―Una vez volvamos a Inglaterra no vuelvas a acercarte a mí, no quiero que me vuelvas a dirigir la palabra. ―Apenas pudo terminar la última frase. Le dolía mucho tener que llegar a decir aquellas horribles palabras a la persona de la que se había enamorado perdidamente, pero tenía que hacerlo. Debía ser dura.

―Pero Julia...

―Has dicho que no quieres volver a hacerme daño ¿no? ―le interrumpió mirándolo a los ojos y alzando la cabeza para estar más a su altura―. Pues cúmplelo. De esta forma no me harás daño.

―No sé si podré.

―Si has podido alejarte de mí estos últimos días ―dejó salir una triste sonrisa―, seguro que podrás hacerlo el resto de tu vida.

Fue un golpe duro para Max el escuchar aquellas palabras tan crueles de la boca de Julia, pero tenía razón. Sin decir nada más salió de allí hacia algún lugar. Julia rompió a llorar en cuanto Max se marchó. ¿Por qué tendría que haberse enamorado precisamente de él? Ya no había vuelta atrás, solo le quedaba el desahogo y el paso del tiempo. Decidió vestirse y salir a contar lo ocurrido a las únicas personas con las que se sentía más a gusto hablando. Pensó en desahogarse con Sebas pero él era muy cercano a Max y, además, prefería tener contacto femenino sobre este tema.

Angélica y yo estábamos a punto de salir a desayunar cuando nos encontramos de frente con Julia, en la puerta. No traía buena cara así que decidimos dejarle pasar y enseguida volvió a llorar de nuevo sin poder remediarlo. Me dolía verla con tanta angustia, ya que Julia me parecía una chica encantadora y feliz y este nuevo aspecto no le pegaba para nada. Confió en nosotras y tras calmarse un poco nos contó todo lo ocurrido, desde el plan de Sebas de la encerrona para ver a Max con Kristin hasta lo que habían hablado hacía menos de una hora en su camarote. Odié a Max con todas mis fuerzas y a Kristin no la soportaba. La idea de saber que se había enrollado con él a escondidas de Julia y los demás me sacaba de mis casillas. Por lo visto mi hermana había acertado respecto al lío que se traían Kristin y Max.