Culpable. |Justin Bieber|

Te quiero aquí.

Sentí que mi mundo iba palo abajo, sin remedio alguno. La televisión aún chillaba, la audiencia no escondió sus caras de felicidad, y mi padre seguía ahí, aceptándolo todo. Cadena perpetua por fraude, múltiples homicidios, robo, secuestro, entre otras tantas acciones malportadas que habían tratado de probar por años. El gran Santiago Boucchi, el gran Rey de la Mafia, por fín tras las rejas.

Tomé el resto del trago que me quedaba en el vaso, sin ganas de nada, en esa estúpida pocilga todo era tan malo, además de lo que mis oídos acababan de escuchar. Hice incontables llamadas a los socios de mi padre, y ciertamente míos, y los ineptos del demonio no contestaron, ni una. Estaba tan estresada, tan al borde la situación, que no podía dejar de pensar en soluciones, soluciones que se desvanecían al ver cómo se llevaban a mi padre esposado. No justificaba ninguno de sus actos, si bien yo hacía los mismos, o peores, pero, la sangre es un atractivo.. ¿O no?.

–Vamos, vamos, atiende ya idiota...–El rintíntín de la contestadora pitó tres veces, antes de que el trigueño contestara.– Te quiero aquí, en menos de lo que pinta un gallo, Bieber, te juro que si fallas tú también, no dudaré dos minutos en buscarte y partir tu culo.
–Vaya que la fiera esta dura hoy.–Dijo del otro lado del teléfono, esa voz que podría hacerme venir en pocos segundos con solo escucharla, de solo imaginarlo con su típico traje, y su mandíbula marcada y relajada como solía ir siempre, me daban ganas de darle todo a ese hombre por siempre, pero no estaba nisiquiera de humor para pensar así en ese instante..–A ver ______ cielo, no hace falta que lo digas. Ya lo he visto todo, el rey, ha sido juzgado finalmente.– y soltó una risa que me desagrado en lo absoluto.– perdóname, pero estuve esperando ver este momento por años, desde que conozco a Santiago.–bufé, y di un suspiro que ni yo misma supe que había estado conteniendo.– te quiero aquí, Justin. Ya sabes dónde estoy, no tardes.