El asesino que no mata

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¿Alguna vez los han obligado a hacer algo que no querían por el bien de otro?, mi nombre es Andrew, soy policía, hace unos años que me gradué de la academia, mi vida no es perfecta pero no la cambiaría, excepto por un pequeño detalle.

Mi esposa Dana, quisiera que siguiera conmigo, falleció hace casi un año al dar a luz a nuestra hija Chloé, cuando tengo que trabajar mi vecina la cuida, es una mujer muy gentil, aunque siempre me cuesta recordar su nombre.

En el trabajo esta mi mejor amiga Jessie, desde que Dana murió ella ha estado ahí para consolarme y para ayudarme, incluso cuida a Chloé de vez en cuando, Jessie está comprometida así que no puede haber nada entre nosotros, y estoy bien con eso, sinceramente no la veo más que como mi mejor amiga.

Un día el teléfono comenzó a sonar, afortunadamente Chloé estaba en casa de mi vecina, iría por ella en un momento. Cuando alcé la bocina solo oí un respiro, creyendo que era una broma telefónica iba a colgar, pero entonces oí una voz, era escalofriante, me llamo por mi nombre, dijo que si quería recuperar a la persona más importante de mi vida debía matar a mis padres y la gente más cercana que tenía.

Entonces colgaron, pocos minutos después oí golpes en la puerta, era mi vecina, que me dio una horrible noticia, alguien había entrado a su casa y luego de noquearla se llevó a Chloé, sentí que el mundo se me venía encima, tuve que sentarme por un momento.

La policía no podía hacer nada, puesto que mi vecina solo sintió un golpe y cuando despertó Chloé había desaparecido, nadie vio a ninguna persona, sin ningún detalle del criminal no podían buscarlo, Chloé era lo más importante que tenia y en ese instante comprendí la misteriosa llamada.

Una hora más tarde, recibí otra llamada del mismo que se llevó a Chloé, dijo que me estaría observando, si no acaba con mis amigos y familia me envira el cuerpo de Chloé despedazado en una caja, y luego vendría a acabar conmigo, mi vida no importaba, era Chloé quien me preocupaba, entonces lo siguiente que oí fue que tenía un día por cada persona que tuviera que matar.

Siete días, entonces desde la ventana vi que había una persona afuera viendo la casa, la llamada se corto y quien estaba afuera tiro algo, fui por curiosidad y encontré un celular y la última llamada mostraba el numero de mi casa.

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