Capitulo 3: Un Juego Peligroso

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Solo hicieron falta veinticuatro horas para recibir la respuesta de aquel sujeto el cual buscaba con su mensaje imponer su punto y dar a entender que nadie podría con el...

-"Dicen que la mujer es débil pero en lo personal no he visto algo tan fácil de romper como el ego de un hombre"-

Artemisa de inmediato ubico al sujeto con un dispositivo que reconocía la estructura de su rostro aunque se escondiese detrás de una máscara y desde lo más alto de la Torre Eiffel lanzo un sonar que rastreo de inmediato su ubicación. Desde ese momento aquel sujeto pasó a ser una víctima más del despiadado castigo de Artemisa...

Artemisa se dispone a guardar todas sus agujas y prepararse para enfrentar a aquel sujeto para de inmediato realizar su verdadero propósito de evitar la muerte de la humanidad que aun lo merece pero no tiene mucho tiempo pues como es de esperarse ella no es la única que ha seguido los pasos de aquel sujeto...

-Quien diría que tan despiadado sujeto trabajase en una agencia de viajes.

Apagando todas las luces entra en aquella agencia de viajes y justo cuando está en frente de su víctima lo toma por el cuello.

La última imagen que aprecian los demás trabajadores es la figura destellante de artemisa que emanaba ira mientras se transportaba con un dispositivo de pulsera junto a su acompañante, las personas quedan atónitas y aterradas pero no tanto como aquel hombre que al ser transportado al lugar donde se encuentran sus víctimas solo puede ver la figura de aquella chica como la de una bestia feroz o quizá un ángel castigador. Artemisa esta lista para derramar toda la ira que tiene con el mundo y ese hombre será quien pague por todos.

Pero en cuestión de segundos la mirada de aquel hombre se torna alegre al ver que Artemisa se encuentra rodeada, rodeada por cuestión de segundos pues al igual que un tornado desolador artemisa hace volar agujas por toda la habitación matando a más de veinticinco hombres en aquel enorme cuarto y golpeando a otros diez con sus propias manos.

Claro, sobra decir que sus manos son tan duras que recibir un solo golpe de aquella chica te hará desear que te hubiesen abofeteado con un tubo de metal. Quizá eso duele menos...

Pero por último, con casi todas sus agujas restantes se acerca hasta aquel hombre que yace en un rincón de la habitación.

-Te haré sufrir tanto como todas tus victimas juntas hasta que tu cuerpo no aguante mas y mueras.

Ante aquellas palabras la luz de aquel cuarto se apago dejando todo a oscuras con un grito de dolor que resonaría a la nada desde aquel sitio...    

    

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