Capítulo 9.

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Narra Norah.

Poco a poco el peso que tengo sobre mis párpados me libera y abro los ojos ligeramente. Me encuentro descansada, como nueva. Pero mi mente vuelve a la realidad y el dolor de pecho vuelve a aparecer. Harry me necesita.

Intento salir de la cama pero no puedo casi ni moverme, en ese momento entra Louis con un estado de ánimo pésimo a la habitación. Esto no es buena señal.

-Hola Norah-dice con una falsa sonrisa en la cara-te he traído algo de comer.

Se sienta en el borde de la cama y me alarga una bolsa con comida.

-¿Qué pasa?-suelto de golpe mientras cojo la bolsa y empiezo a comer. Mi subconsciente se arrepiente de haber preguntado eso porque sabe que conlleva a una respuesta de lo más negativa.

-Nada, es sólo que me he peleado con Eleanor, pero va todo bien-sonríe. Ahora un poco más.

Qué buen actor eres Louis. Pienso.

Hago que le creo y acabo de comer. Hablamos un rato de su supuesta pelea con Eleanor, le abrazo y dice que va a ver a Liam.

-Descansa, luego vendré para ver cómo estás-suspira y me da un beso en la frente.

Yo sigo recostada en la cama.

Cuándo se va intento incorporarme, ya tengo un poco más de energía. Quito de encima mía las mil y una mantas que habían puesto ‘por si tenía frío’ y bajo de la cama. Me tambaleo un poco y me agarro al pequeño mueble que hay a un lateral de la cama. Se me nubla la vista y a los pocos segundos vuelve. Camino hacía al pequeño lavabo, si se le puede llamar así, que tengo en la habitación y me lavo la cara. Me miro al espejo y me asusto de mi propia apariencia, a pesar de notarme descansada parece que tenga cuevas profundas y oscuras bajo mis ojos.

La imagen de Harry en una camilla aparece por mi mente y decido ir a verle aunque me lo tengan prohibido. Voy a salir de la habitación cuando veo que un hombre corre preocupado por el pasillo. Lo reconozco y me vuelvo a la cama rápidamente.

Mierda.

-¿Norah?-dice casi en un susurro mientras abre la puerta-No he podido venir antes, las enfermeras me han contado lo del secuestro y yo...

-No llores papá, estoy bien.

Me abraza como si no hubiera mañana.

-Lo siento por no ser un buen padre-habla arrepentido.

-No digas eso -intento defenderle.

-Soy un mal padre Norah, desde lo de tu madre has estado cabreada conmigo y no te culpo, pensé que aquel viaje a Nueva York cambiaría todo y en verdad lo hizo pero luego pasó aquello con Josh y lo de William...-para y me pone su mirada directamente sobre la mía-no me dijiste que te pegaba.

-Yo...

-Norah, si hubiera sabido que ese idiota de William te hacía daño te hubiera llevado lejos de él, aunque me odiaras por dejar a tu madre, aunque me odiaras por estar con otra mujer, no quiero que te hagan daño. Y ahora esto... Me encantaría vigilarte en todo momento pero a ti no te gusta.

-Cosa que he heredado de ti, tú odías que estén encima de ti todo el día-le sonrío y me devuelve la sonrisa-No te culpes papá, yo soportaba a William porque era idiota y estaba enamorada de él o eso creía.

Mi padre no sabe que me cortaba y que a veces lo hago o lo intento hacer, no sabe que pude acabar con mi vida aquel día en el baño después de cortar con él.  Pero mejor que no lo sepa.

-Bueno, ahora estará lejos de aquí y eso es lo que importa-me abraza y yo me extraño. No sabe lo que ocurrió después de que saliera en libertad. ¿Me he perdido algo? Tendría que haber salido en las noticias y todo.

A los pocos segundos caigo en lo que me dijo Louis en la ambulancia, que me habían quitado los cargos, seguramente era para que su plan saliera bien y le sacaran dinero a Harry. Malditos idiotas, sólo quieren aprovecharse de los demás. Más les vale pudrirse en la cárcel.

El deseo de ver a Harry florece otra vez en mi interior y le digo a mi padre que estoy cansada.

-Si quieres me quedo aquí a dormir-se ofrece.

-No-niego rotundamente-quiero decir, que no quiero que duermas en ese intento de silla cómoda-río un poco.

-Está bien, iré a un hotel o algo. Llámame si me necesitas-me abraza por última vez y desaparece de la habitación.

Me levanto por segunda vez de la cama y salgo de la habitación, voy hasta la pequeña recepción que había en la planta en la que me encontraba de aquel enorme hospital y pregunto por la habitación de Harry. Obviamente no me la dan. Joder.

Vuelvo a la habitación para coger el móvil y llamar a Liam.

A los pocos minutos está allí.

-Ya estoy aquí Norah, ¿estás bien?-pregunta preocupado.

-Sí, sólo quiero saber la habitación de Harry. Dímela-le ordeno.

-No-niega.

-¿Qué me ocultáis? ¿Os pensáis que soy imbécil? He visto a Louis con un humor de perros cosa muy extraña en él y ahora tú, que eres la persona más agradable del mundo te niegas a darme el número de habitación de mi novio. ¡¿Qué coño le pasa a Harry?!-digo histérica.

-Norah-dice otra voz. Es la de Louis, hace el amago de entrar a la habitación y yo salgo de allí corriendo.

Si no me dicen dónde está iré yo a buscarle.

Corro a toda velocidad por el pasillo, miro atrás y no me siguen, perfecto. Bajo el ritmo y voy mirando por las ventanas de las habitaciones con la esperanza de encontrar a mi chico de pelo rizado y sonrisa perfecta. Paro en seco porque una puerta se abre al fondo del pasillo. Sale un doctor y detrás de él una enfermera. Mi enfermera.

-Joder-susurro y cambio de dirección antes de que me vean, giro a otro pasillo y me escondo detrás de un carro que contiene vendajes y otros objetos que desconozco.

Pasan unos 2 minutos y decido salir ya que no oigo sus voces desde hace unos segundos.

Vuelvo al pasillo de antes y voy a la habitación de dónde habían salido el doctor y la enfermera. Bingo. Él está allí. Sonrío al verle, abro la puerta y me tiro a sus brazos.

-Te he echado de menos-digo. No me devuelve el abrazo. Me separo de él y me mira extrañado, incluso con miedo-No...-Las lágrimas se apoderan de mí y están a punto de salir.

-¿Quién eres?-suelta curioso.

Y otra vez, el mundo se me viene abajo.

My heart is so tired |Segunda Temporada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora