Por que se lo prometí a My Lady

La historia de un super modelo

Toda mi vida era igual. Me levantaba en las mañanas en el mismo sitio, desayunaba en el mismo comedor. Para después tomar tutorías con Nataly.

Siempre encerrado, y solo.

Mamá desapareció cuando tenia 15 años, Desde entonces papá cambio. Me mantenía en casa, como un prisionero. ¿Le costaba mucho entender que quería hacer amigos? ¿Que odiaba estar solo? Nunca entendí como el dinero podía mas que estar con su familia, conmigo.

Pero esta historia no es para contarles esa parte de mi vida. Hace algunos meses se me encomendó una tarea Ultra secreta.

En los días era Adrien Agreste, un chico dispuesto a hacer lo que su padre pidiera. Pasando por un estudiante prodigio y modelo a algo totalmente diferente cuando la situación lo requería, me transformaba en Chat noir, un súper héroe que luchaba contra el crimen. Poseyendo unas geniales orejas de Gato que sin duda enloquecerían a cualquier chica. Bueno a Casi cualquiera.

Ladybug era la única que no admitía estar enamorada de mi, pero yo lo sabia.

Un martes después de clases, me encontraba tomando algunas cosas de mi casillero Luego de terminar una feroz batalla contra otro poseedor del akuma.

La pelea fue en el Centro de París, sin duda lo mejor fue verla a ella, a mi bichito favorito.

-¡Chat noir! ¡Tu anillo- Menciono ella señalando a mi mano,con un poco de preocupación.

-Tranquila my lady esta bien -sonreí mostrando le una cara picara.

-Sera mejor que te vallas, yo llevare a la chica a su casa- me miro para después hacerme un gesto con las manos y regresar a la torre, no pude evitar mirarla como siempre.

-¡Maldición!- Susurré para mi, odiaba no saber su identidad secreta.

La amaba de eso no había duda, sabia que si quería algo serio con ella debíamos conocer nuestras identidades secretas. Oportunidades de conocerla no me faltaban. Porque nunca lo hice, no lo se, simplemente algo en mi supuso que era lo mejor.

Pero de haber sabido como me enteraría de ese secreto no me lo hubiera creído.

Es aquí cuando regresamos al inicio, del porque me encontraba en mi casillero, debido a la pelea, no alcance a acabar las clases, solo tomaba unas cosas necesarias para los deberes de casa, fue entonces cuando la ví, entrando por una ventana.

No podría creerlo, ella estaba ahí frente mio, pero parecía no darse cuenta de mi presencia, Todo fue tan sorpresivo.

Una luz salio del otro lado del lugar.

Estaba atónito, en verdad, en verdad estaba viendo lo que creí.

¿La persona de atrás de mi bichito era ella? Era ...

-¿Marinette eres tu...?- mencione fuertemente, ella se giro y mi observo con una cara que solo reflejaba terror.

-A... Adrien... Este...esto... No es lo que parece - menciona intentando sonar segura y ocultando su temor.

Me acerque a ella mientras nerviosamente me miraba.

Intentaba procesar todo. Si uno lo pensaba bien tenia sentido, marinette siempre estaba en los lugares donde aparecían akumas.

Tenia cabello negro y ojos azules, incluso el mismo peinado.

Acerque mi mano a su mejilla, tome uno de los mechones que ocultaban sus pendientes. Sin duda era ella.

-Adrien...yo..- esa voz me saco de mis pensamientos, la mire.

Sus ojos ¡Oh dios! ¡sus ojos, porque no lo note antes! Eran del mismo azul y brillaban como nunca imagine, en ellos podía verse como las lágrimas comenzaban a brotar.

- Lo.... Lo siento

Retiro mi mano y se disponía a salir de ahí
Muchas cosas pasaron por mi mente.
¿Acaso todo terminara a si?

-Marinette- dije y sin darme cuenta la tome del brazo, ella no me miraba, eso me dolía, mas de lo que imaginaba, no quería perderla, no debía permitirlo.

La ale del brazo, intentando tenerla lo mas cerca mio. Logrando someterla junto a la pared.

¡Joder! Tenerla tan cerca me volvía loco.

Ella estaba en shock, su mirada me miraba con curiosidad, sorpresa, tantas cosas reflejadas en ella.

Quería besarla, pero si mi intención era estar con ella debía hacerlo bien.

Me separe lentamente, ella parecía no entender su rostro se mostraba rojo. Eso le hizo gracia.

-Te veo en el mirador de la torre Eiffel al anochecer.

Me di la vuelta y salí de ahí con dirección a mi casa.

- ¿que harás ahora niño?
Me pregunto mi pequeño amiguito

- Le diré la verdad de mi Plagg.
Mencione con una sonrisa en mi rostro.

Si ese día tenia que ir todo bien.
Esa seria mi única y ultima oportunidad de hacer que muy lady estuviera conmigo.