¡Yo soy ladybug!

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-Félix - Recrimino la azabache- ¿Que no vez que asustas a mis nuevos amigos - sintió como una mirada pesaba sobre ella, miro en la dirección que creía provenir, percatándose que era el chico rubio, ella solo sonrio.

Sin mas regreso la mirada al joven en la puerta y camino hacia el.

- Siempre tan indiscreta, my lady- cuestionó el rubio.

-Calla- recriminó- Si lo que mi padre me contó es verdad, para estas fechas el y mamá ya tenían algo.

-Y como sabrás quienes son, sonara cruel pero, ni siquiera sabes como es tu madre- menciono el chico

La azabache sonrió y negó.

-Tal vez- sonrió- pero encontrando a mi padre es mas fácil encontrar a los dos - miro a su espalda, el rubio en el salón la miraba con seriedad, el chico que la acompañaba notó eso y también lo miro.

Aunque el contacto de los tres fue corto, al menor de los rubios le causaba escalofríos.

- Digamos que los encontré Gatito- menciono la chica sonriendo levemente, se giro y comenzó a caminar, el chico la siguió.

Bajaron las escaleras y se sentaron en una de las bancas, El mayor se cruzo de brazos mirando con fastidio a el grupo de chicos que había por todos lados. Por su parte la Oji verde sonreía.

- Entonces creo que es hora - menciono incrédulo. Su acompañante asistió y miro a su chaqueta.

-Tikki- la pequeña kwami se asomo y ambos chicos la miraron-y Plagg- de igual forma salio.

- Creo que ya saben que hacer después del descanso- sentencio seriamente te el rubio. Ambas criaturas asistieron.

- Esto se esta poniendo divertido - río el negro kwami, ambos chicos sonrieron.

...

Todos se fueron y Marinette y yo bajamos últimos. My lady no se sentía bien, decía que tenia un presentimiento extraño.

No la culpaba yo sentía lo mismo.

- Esa chica nueva... - Menciono nerviosa - Sabia de los miraculous

Asenti con la cabeza, no sabia que decir, Marinette me empezaba a preocupar.

- Bichito - la tome de la muñeca, ella se detuvo y me miro- No importa que, yo siempre te protegeré- no me di cuenta que la había acorralado contra la pared.

Su respiración y la mía se mezclaban, mire todo su rostro, estaba sonrojada, nerviosa quizás. Ella siempre era así, mezclaba tantas emociones que ni ella misma entendía.

Comenze a acercarme hasta que nuestros labios se rozaron, era un suave y tierno beso, quería trasmitir le que todo estaría bien y que nada le pasaría. Sin saber que no podría cumplir mi promesa.

Nos separamos y la miraba a los ojos, ella tenia un ligero sonrojó. Gracias gatito susurro, Sonreí y la abrase.

No quería soltarla, era lo único que me quedaba. Lo único que impedía que yo callera en la locura llamada soledad.

Bajamos las escaleras y vimos a nuestro grupo hablando entre ellos. Increíblemente la rubia también estaba ahí.

Nos acercamos y Alya se nos miro.

-Chicos ¿donde estaban? - nos guio con el resto. Todos hablaban de los dos chicos.

Por que se lo prometí a My LadyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora