-Emma ¿que te ocurre? - escucho decir a la secretaria.
-Nada..nada. Simplemente creí haber visto fuego en el escritorio del director, eso es todo.
-Debes estar alucinando - dice cortante.
Podría jurar que no lo aluciné, algo extraño paso. Pero si sigo insistiendo creerán que estoy loca, no tengo ninguna prueba del fuego que vi, o que creí ver.
Ingreso a la oficina del director y me da el casillero 140.
A la primera hora tengo Biología.
<<Que suerte>> pienso irónicamente. Odio esa materia, podría preferir estar sentada ocho horas sin hacer nada a que estar una hora estudiando biología.
La clase es en el aula seis. No tengo la menor idea donde puede quedar.
Me dirijo a mi casillero. Al lado hay una chica de pelo castaño claro y ojos verdes.
-Disculpa - digo.
<<Torpe, ¿por qué en ese momento sale mi voz tímida? ¿Por qué?>>
-¿Si? - sonríe levemente.
-¿Sabes donde queda el aula seis, el de biología?
-Yo también voy para allá, podemos ir juntas y te lo enseño - parece animada.
-Esta bien- sonrío, intentando parecer amigable.
-Por cierto, me llamo Lucy ¿tú?
-Emma. Emma Blockföte.
-Lindo nombre. - dice.
Mientras nos dirigimos al aula seis voy observando la escuela. En las paredes hay muchos cuadros de ángeles, eso me sorprende mucho.
En el camino, con Lucy, hablamos de temas triviales y de su vida. Vive con sus padres y su hermano mayor, Cooper. Me dice que se ha fugado de su casa para ir a fiestas, pero no es de las 'populares' de la escuela.
-Aquí es - comenta señalando un aula con puerta roja. Las clases aún no comienzan, supongo que empezarán dentro de poco.
-Gracias por decirme donde quedaba el aula. Yo creo que sola me hubiera perdido en esta mansión - enfatizo la palabra 'mansión' para parecer una persona con buen sentido del humor.
-¡Ay Emma! No exageres, no es tan grande - apenas logro entender lo que dice en medio de risas.
-Lo digo en serio ¿eh? - continuo riéndome. Hace mucho tiempo que no me reía de esa manera. Espero que Lucy sea una buena amiga.
Entramos al aula y nos sentamos en el medio, ni tan adelante, ni tan atrás, el lugar perfecto.
Yo le comento donde nací y que, constantemente, me cambio de ciudad. También le hablo de Bradley y su facilidad de hacer amigos.
Suena la campana para entrar a clases y diviso a Max, el de la oficina del director. Recuerdo el extraño suceso que ocurrió cuando él entro a la oficina, esa especie de fuego. De pronto se me ocurre preguntarle a Lucy sobre Max.
-Oye ¿conoces a ese chico? - señalo a Max, la verdad no sé si realmente se llama Max, quizás escuche mal. Pero, en este momento, prefiero llamarlo así en vez del 'chico de cabello dorado'.
-Sí - hace una mueca - es Max, el hijo del director. Es, algo así, como el chico malo de la escuela. Las chicas más populares desean estar con él, pero Max simplemente las ignora.
-Que bueno saberlo…
-Por cierto, Emma, ¿me das tu número de teléfono para que estemos en contacto? - sonrío.
-Claro, dame tu teléfono y lo anotaré - cojo su teléfono.
Nos quedamos conversando. Al cabo de un rato llega una profesora. Aproximadamente debe medir 1.80 metros, es altísima. Me siento una especie de enanito al lado de ella.
Se presenta, su nombre es Cecile.
La clase avanza aburrida mientras tomo nota de lo qué dice. Cuando estamos casi terminando el bloque decide hacer un trabajo en tríos. Ruego, mentalmente, que los elija ella.
-Los grupos lo realizaran ustedes. Pero hay una condición, tendrán que ser mixtos. El trabajo constará de tres partes. Investigación, aplicación y luego un informe. Tendrán tres clases para realizarlo. Recuerden qué la persona que lo entregue atrasado se evaluará con la nota mínima. - dice la profesora Cecile.
Inmediatamente después que termine ese discurso observo a Lucy, intentando decirle, por medio de miradas, que sea conmigo. Al fín ella rompe el silencio.
-Emma si quieres puedes ser conmigo, pero todos mis amigos están en otras clases así que tendremos que ser con el hombre sobrante.
-Ningún problema - sonrío.
Nos quedamos en silencio unos minutos y siento que alguien toca mi espalda. Me volteo y está Max mirándome con ojos tan profundos qué siento que en cualquier momento me succionarán.
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The Destiny.
Romance"Según la mitología griega, los seres humanos fueron creados originalmente con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras. Ante el temor de su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar sus vidas en busca de...