VIII

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05 de Noviembre.

" Aún no terminaba de pasar el sabor amargo que había dejado la rubia en mi boca al verla tomada de la mano de un cretino, no lo soportaba, era demasiado para mi. Estuve todo el día cuestionándome acerca de que debía hacer,  por un lado estaba demasiado herido por el hecho de que se hubiese presentado allí con su novio y no me hubiese ni siquiera dirigido la palabra y en vez de ello me hubiera dado una nota de forma clandestina, si es que se le puede llamar de dicha manera, pero por otro lado estaba confundido por su nota que decía que me quería ver de nuevo ya fuera por sólo un momento, lo pensé mucho, pasé todo el día pensando en que debía hacer por un lado estaba la opción de conservar la poca dignidad que me quedaba y no presentarme allí y quizá no volverla a ver nunca y olvidarle, creo que esa era la opción más lógicamente viable, pero no, ese día pude darme cuenta que cuando me refería a estar "Enamorado" de ella no era sólo que me atrajera de sobremanera su físico sino que estaba enamorado de ella, la quería, quería descifrar su misterio, quería descifrarla, así que como era de esperarse no pude conservar la poca dignidad que me quedaba y me presente al bar a eso de la 6:10 porque quería hacerla sufrir 10 minutos de espera- lo cual era bastante estúpido, como yo-  al llegar al bar me ubique justo donde estaba la Rubia el día que la vi leyendo y se me clavo en el alma, pero al llegar ahí note que no estaba, decidí esperarla al rededor de 20 minutos pero no pasaba nada, no llegaba, luego de cinco minutos más escuche alguien tambaleándose y gritando a todo pulmon que la vida no valía nada,  no me tomo mucho para reconocer esa voz, Olivia, era Olivia, una parte de mí se alegraba de que hubiese llegado ya que empezaba a perder toda esperanza y con ello sentía que la perdía también, que ridículo ¿No? sentir que pierdes algo que ni siquiera es tuyo, por un pequeño lapso de tiempo me quedé pensando en ello hasta que recordé que la rubia entró al bar gritando que la vida valía mierda o algo parecido, entonces me dirigí hasta donde estaba casi que tirada en el suelo, cuando me vio algo en su rostro se ilumino, no sé si era lo borracha  o lo enamorado que yo estaba que sentí que por fin después de esperar tanto podía decir que pertenecía allí, pertenecía a ella, a su mirada, a sus palabras titubeadas, a su temblor, a la manera en la que se apoyo de mi hombro durante todo el trayecto hacía mi auto, cuando ya la tuve sentada en la parte trasera decidí que era hora de hablarle. 

-Olivia- Pronuncié en voz tan baja que casi pareció un susurro. 

- Ya sé como me llamo, ahora conduce - Dijo con una voz jocosa y una enorme sonrisa en su cara, ay esa sonrisa..

- ¿A dónde conduzco? - Pregunte nuevamente en forma de sollozo como sin creyera que al subir el tono de voz la lastimaría. 

- A tu apartamento, al mío, a donde sea que podamos follar - Pronuncio esto medio sonriendo, con una sonrisa picara que casi me hace venir de sólo verla, pero supuse que sería una broma

- Está bien, te llevaré a mi apartamento ha dormir, dado que estás muy borracha como para recordar donde vives - dije con todo la suavidad que me podía permitir 

- ¿A dormir? - Dijo con esa mirada picara que tenía

- Sí, a dormir.

Luego de 15 minutos la sostuve en mis brazos para subir las escaleras hacia mi apartamento ubicado en el 5 piso de un edificio cualquiera en un lugar cualquiera de la ciudad.

-Llegamos - Anuncié luego de abrir la puerta. Estaba medio dormida así que creo que no escucho ya que no respondió absolutamente nada.

La recosté sobre mi cama, mientras iba  a la cocina por un poco de agua la vi sentada en el borde de la cama con la mirada perdida, le ofrecí el vaso de agua e inmediatamente  lo tomó, luego me miro a los ojos y pronunció:

- Ven, fóllame - Dijo mirándome a los ojos, sin vacilar, sin titubear, bastante segura de que así lo quería. 

Me quedé perplejo admirándola y en cuestión de segundos ya la tenía semi-desnuda recostada en mi cama mirándome de forma suplicante.
Me le acerque sutilmente, pero cuando la iba a besar no pude, no pude follármela esa noche, no puede siquiera tocarla, no en ese estado, no ebria, quería que fuera mía eso no lo niego, pero no de esa manera, no en ese momento y no en esas circunstancias. 

-No puedo, lo siento.- Dije mirándola a los ojos como si ellos pudieran expresar lo apenado que estaba. 

En cuestión de segundos tomó su ropa y se vistió, buscó su bolso  y se dirigió hacia el baño luego sin dudarlo un solo momento se dirigió a la puerta y la cerro de un portazo.

Adiós a la rubia despampanante con la cual soñaba a diario, adiós a mi oportunidad de tenerla, adiós a mi amor. 

Entre al baño y encontré otra nota de esas que la caracterizaban en el lavabo, esa chica si que era un misterio, un puto misterio que quería pero no podía resolver..."

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2016 ⏰

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