Vuelvo a la realidad cuando mi padre se detiene frente a la escuela. Miro en dirección a la puerta principal y no logro encontrarlo, volteo hacia el estacionamiento y tampoco logro encontrar su auto, observo el reloj y faltan seis minutos para que suene la campana.
Genial, se le hizo tarde.
- Podríamos haber ido nosotros por el – dice mi padre.
- Esta bien, llegara pronto.
Tomo mi mochila y bajo del auto.
- Comer la barra a su hora – me recuerda.
- Claro, como olvidar el alimento más nutritivo del día – menciono girándome a él -, ¿o debería decir el único?
- A veces olvido que eres idéntica a él – dice inclinando la cabeza.
- ¿A quién? – pregunto extrañada.
Mi padre sacude la cabeza con rapidez y se endereza.
- A tu abuelo, era igual de respondón – declara volviendo a mirar al frente -. Entra ya y salúdame a White, te veo en la casa.
Me despido y veo a mi padre salir por el estacionamiento. Subo las escaleras y espero en lo alto para lograr ver cuándo entre el Lamborghini.
Los alumnos empiezan a entrar y veo de reojo como algunos me miran curioso, golpeo mi pie contra el suelo y miro el reloj, siete cincuenta y ocho. Me harto, mis entrañas se retuercen desde ayer, anoche dormir fue una tortura y para este momento mi humor es de perros.
Bufo girándome hacia la entrada cuando escucho un motor irreconocible, vuelvo a voltearme y veo al Lamborghini estacionarse con rapidez. Veo esa melena rubia bajar del auto y correr en mi dirección.
Miro de nuevo el reloj y falta un minuto para las ocho.
Bien logrado White, bien logrado.
Llega hasta mí agitado y apoya una de sus manos en su rodilla mientras que con la otra me estira un vaso.
- Llegas tarde – reprendo.
Lo veo recuperar el aire hasta que se endereza.
- Y tú eres la mujer más hermosa – dice mostrándome una sonrisa coqueta.
- ¿Qué?
- ¿No estábamos diciendo cosas obvias? Porque si es así, tengo muchas otras cosas que decir – menciona tomándome de la cintura y dejando un suave beso en mi frente.
Cierro los ojos y suelto el aire apartándome un poco.
- Dime al menos que vienes tarde para yo ir por el – aclaro poniendo una mano en su pecho.
- En mi defensa se tardaron en la cafetería, yo iba a tiempo.
- Salir diez minutos antes de tu casa no es ir a tiempo – lo miro alzando las cejas.
- Pero logre traerlo – dice alzando la bebida frente a mis ojos - Tu favorito, frappe moka con leche de soya, un shot de avellana, una vuelta de crema batida, chispas de chocolate y chocolate derretido - estoy a punto de tomarlo cuando lo alza. - Beso - se acerca inclinándose.
Estoy a punto de reprochar cuando suena la compaña, ante su distracción aprovecho para alejarme y tomar la bebida de un salto.
- Tarde campeón. Si llegas tempano para otra, tal vez lo logres – digo tomando un sorbo del frappe y entrando a la escuela.
Escucho su suave risa detrás de mí y luego siento como toma mi mochila al igual que mi mano.
El pasillo tenía casilleros a ambos lados de las paredes y el corredor principal era demasiado lago ya que la mayoría de las aulas se encontraban ahí.
ESTÁS LEYENDO
Bajo Tierra
Teen Fiction- ¿Cómo quieres que confié en ti, si todo aquel a que le he dado mi confianza me ha apuñalado por la espalda? -pregunto mirándolo directamente a los ojos. - Sencillo -responde dando un paso mas cerca de mi. - ¿Cómo? -vuelvo a preguntar. Dejo de mira...