Tras el Hielo

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Desde que tuvo razón, se percató que su vida no era precisamente, suya o no, su vida había sido destinada a servir alguien que ni siquiera conocía, sin embargo ese era su destino al igual que años atrás fue de otros hombres que también tuvieron ese destino.
Ser un guardián, un caballero que debía proteger a una diosa, que se encargaba de proteger el mundo del mal y que los protegía.
Un destinó que compartía con otros niños que al igual que él fueron elegidos, incluso antes de nacer.
Un destino y camino en el que encontró a quien se volvería una parte esencial de su vida, y por quien tenía que aceptar tuvo una vida, en parte, común.
Entrenamientos y la clases teóricas, eran algo sumamente común en su vida. Pero, cierto peli azul había logrado colar en su rutina e incluso, cuando se tuvo que marchar a la lejana siberia, Rusia, Milo había logrado inmiscuirse... Por medio de cartas, si, pero lo había hecho. Aun recordaba los últimos días de cada mes, cuando su maestro iba al pueblo y regresaba con algunas cartas. Nunca falto la carta de Milo, incluso luego de ser nombrados dorados y él convertirse en maestro.

Jamás pensó en el amor, no tenía tiempo para ello incluso cuando se presentó, le cerro las puertas sin importarle el daño causado...tenía que ser caballero antes que hombre, y ser un ser de hielo.
Pero que sentía el hombre? Lejos de ser el frío caballero?
Si alguien se lo preguntaba en ese momento el diría, nada, y su expresión lo confirmaría, mas en el fondo el corazón de hombre e incluso del caballero se partía, y maldijo el momento de haber nacido bajo la protección de Acuario y mas allá el que siempre priorizará su deber de caballero...pero, eso tal vez no era del todo cierto y si recordaba, el motivo del porque él se había alejado y su mirada que siempre se fijo en su fría persona, era ese constante desplante y rechazo. Si, tenia que aceptar que no valoro los sentimientos de Milo lo suficiente, puso muchas prioridades, pero lo que lo término por dañar fue su entrega que tuvo a la amistad de Surt.
Y aunque le perdonó, hay cosas que a la larga cansan y mas si estas parecen no llegar a donde queremos. Milo se lo dijo, mas él no le tomó la importancia debida.
No había porque quejarse, cierto? No había porque sentir ese horroroso dolor, cierto? No había porque llorar mas lo hacía, en la oscuridad se acuario, al fin dejo salir al hombre que tras el hielo escondía un corazón tan común como de cualquiera.

¡Mírame! ( Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora