El vacío, LA RELATIVIDAD Y LA FÍSICA CUÁNTICA

369 5 2
                                    


Una de las características más notables de la ciencia es el cambio que provocan sus hallazgos en nuestra comprensión del mundo. La disciplina de la física sigue debatiéndose con las implicaciones del cambio de paradigma que tuvo lugar como resultado de la aparición de la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica a principios del siglo XX. Tanto los científicos como los filósofos tienen que vivir constantemente con modelos de realidad contradictorios entre sí: el modelo newtoniano, que supone un universo mecánico y previsible, y la relatividad y la mecánica cuántica, que asumen un cosmos más caótico. Las implicaciones que este segundo modelo tiene en nuestra comprensión del mundo aún no están del todo claras.

Mi cosmovisión personal se fundamenta en la filosofía y en las enseñanzas del budismo, que surgió del entorno intelectual de la India antigua. Conocí la filosofía india antigua en una edad temprana. Mis maestros de la época fueron Tadrak Rimpoché, el entonces regente del Tíbet, y Ling Rimpoché. Tadrak Rimpoché era un hombre anciano, muy respetado y bastante severo. Ling Rimpoché era mucho más joven. Siempre amable, considerado y muy sabio, aunque un hombre de pocas palabras (al menos, cuando yo era niño). Recuerdo sentirme aterrorizado en presencia de ellos. Disponía de varios asistentes filosóficos que me ayudaban a debatir las enseñanzas. Entre ellos, Trijang Rimpoché y el renombrado monje erudito de Mongolia, Ngodrup Tsoknyi. Cuando Tadrak Rimpoché falleció, Ling Rimpoché se convirtió en mi tutor principal y Trijang Rimpoché ascendió a tutor secundario.

Ellos dos siguieron siendo mis tutores hasta la conclusión de mi educación formal y nunca dejaron de impartirme lecciones de la herencia budista tibetana. Eran amigos íntimos aunque de carácter muy distinto. Ling Rimpoché era un hombre achaparrado con una reluciente calva, y su cuerpo entero temblaba cuando reía. Tenía ojos pequeños y una enorme presencia. Trijang Rimpoché era un hombre alto y delgado de ademanes gráciles y elegantes, con una nariz algo respingona para un tibetano. Era amable y tenía una voz profunda, particularmente melodiosa cuando entonaba cantos. Ling Rimpoché era un filósofo sagaz con una afilada mente lógica, bueno en los debates y con una memoria fenomenal. Trijang Rimpoché era uno de los mayores poetas de su generación, con un dominio exquisito del arte y la literatura. En términos de mi propio temperamento y dotes naturales, me siento más cerca de Ling Rimpoché que de cualquier otro de mis tutores. Sería justo afirmar que Ling Rimpoché fue quien más influencia ejerció en mi vida.

Cuando empecé a conocer los diferentes dogmas de las antiguas escuelas indias, no tenía forma de asociarlos con ningún aspecto de mi experiencia personal. Por ejemplo, la teoría Samkhya de la causalidad sostiene que cualquier efecto es manifestación de aquello que ya existía dentro de su causa. La teoría Vaisheshika de lo universal propone que la pluralidad de cualquier clase dada de objetos posee una generalidad ideal permanente que es
independiente de todo lo particular. Había ; argumentos indios teístas que demostraban la existencia del | Creador y contraargumentos budistas que demostraban lo f contrario. Además, tenía que aprender muchas de las intrincadas diferencias entre los dogmas de las distintas escuelas budistas. Todo aquello resultaba demasiado esotérico para tener relevancia inmediata para un chico en su primera adolescencia, que se entusiasmaba más montando y desmontando relojes y automóviles o estudiando las fotografías de la Segunda Guerra Mundial que encontraba en diversos libros o en ejemplares de la revista Life. De hecho, cuando Babu Tashi desmontó el generador para limpiarlo, yo quise estar allí para ayudarle. Todo el proceso me gustaba tanto, que a menudo olvidaba mis estudios y hasta las horas de comer. Cuando mis asistentes filosóficos venían para ayudarme a revisar los temas, mi pensamiento volvía al generador y sus numerosos recambios.

Las cosas cambiaron cuando cumplí los dieciséis. Los acontecimientos se precipitaron. Cuando el ejército chino llegó a la frontera del Tíbet en el verano de 1950, el regente, Tadrak Rimpoché, sugirió que había llegado el momento de que yo asumiera el pleno liderazgo temporal del país. Quizá fuera aquella pérdida de mi juventud, impuesta por la grave realidad de la crisis que se cernía sobre nosotros, lo que me hizo cobrar conciencia del auténtico valor de la educación. Fuera cual fuese la causa, a partir de los dieciséis años mi relación con el estudio de la filosofía, la psicología y la espiritualidad budistas fue cualitativamente distinta. No solo me dediqué de alma y cuerpo a aquellos estudios sino que empecé a asociar muchos aspectos de lo estudiado con mi propia visión de la vida y de los acontecimientos del mundo exterior.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 20, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Universo En Un Sólo Átomo  - Dalai Lama Donde viven las historias. Descúbrelo ahora