Cap 2: No habrá una barrera en el mundo.

95 7 6
                                    

― ¿Me recuerdas? ―Pregunta él. Ella no reaccionaba. Tenía su corazón latiendo a mil por hora, sus poros abriéndose, sus pupilas dilatándose. Una palpitación extraña y un calor mortal la recorrieron dentro de ella al ver aquel ser que tenía sus ojos puestos en ella. Solo pudo sacar bruscamente un suspiro y decir

― Claro que lo hago.

― Y al parecer, lo seguiré haciendo un largo rato ―Pensó y al analizar esos bellos ojos, sintió como los bellos de la espalda se le erizaban dándole a entender, que aquel niño, ha sido reemplazado por un hombre de aspecto tranquilo, pero dándole a ella solamente la oportunidad de ver... que era mucho más dominador de lo que ocultaba en realidad.

— Ya nos podemos ir —Dijo la madre de Pam sonriente. El padre de Pam tomó sus maletas y se alejó.

Zacky le ofreció su brazo a Pam y ella lo aceptó. Sintió aquél brazo duro y rió. Aunque el quisiera verse muy fuerte, seguía siendo el mismo niño cachetón. Aunque ahora con tatuajes.

Mientras se dirigían a la salida, Pam se preguntaba si Zacky le diría o preguntaría algo. Pero no, él estaba con la mirada en frente. Algunas veces la veía de reojo, pero no pasaba de ahí.

— ¿Es tan difícil preguntarme como estoy o si me va bien en la vida?— Se preguntaba Pam.

— Es bueno verte de nuevo, Eclissi —Le sonrió.

Ella se sonrojó. Cada vez que el iba a verla a su casa, lanzaba pequeñas piedras a su ventana y gritaba, ¡Despierta, eclissi! ¡Hay que salir!

— Extrañaba que me llamaras así —Volteó a verlo y él igual. Se detuvo un poco y se puso de frente a ella. Puso su mano en su mejilla y se le erizó la piel . Su tacto era suave y cálido. Ella quedó flotando por un momento. Aunque no sabía como reaccionar ante esos ojos. Pam pasaba por una tormenta de emociones dentro de sí. Él se acercó a ella y le dio un beso en la frente.

— Si no nos apuramos, eclissi, nos van a dejar —Rió y le ofreció su brazo de nuevo. Ella se molestó y se tomó de su brazo sin muchas ganas.

Salieron del aeropuerto y el padre de Pam se preguntaba como rayos iría toda la familia en una sola camioneta.

— Vinimos en tres camionetas diferentes, Victor —Dijo Angélica mientras le sonreía.

— ¿Como supiste que eso estaba pensando?

— ¿Después de conocerte desde la niñez aún me preguntas eso? —Rió y se acercó a una Suburban.

Eran tres de diferentes colores estacionadas a la par.

— ¿Siguen con las mismas camionetas que el tío Ricardo nos regaló desde que lo arrestaron?— Preguntaba Pam.

— Pero si estaban nuevas, hija —Dijo su madre.

— Mamá, el tío Ricardo era mafioso. ¿No han pensado en cuantas cosas pudieron haber pasado ahí en sus camionetas? Yo no pienso subirme a una de esas —Se soltó del brazo de Zacky y se cruzó de brazos —Me iré caminando —Tomó sus maletas y se alejó de ellos. Zacky fue tras ella y la tomó del brazo. Fue un poco brusco pero Pam no le tomó mucha importancia. 

— ¿Que crees que estás haciendo?

— Como dije, no pienso subirme a una de esas camionetas.

— Pam, yo vine aparte. ¿Quieres venir conmigo? 

— Depende... —Tomó la muñeca de Pam y la guió a por los autos. Llegaron a donde estaba un ferrari rojo estacionado. Pam se sorprendió. ¿Acaso también es mafioso? —Pensó. Pero, Zacky rodeó aquél auto y se subió a una moto. Ella suspiró de alivio. 

— ¿Te gusta mi moto? —Rió.

— No sabes cuanto —Dijo aliviada de que amigo no fuera mafioso—Pero tengo una duda, ¿Donde pondremos mis maletas? 

— Rayos, no lo había pensado... ¿Y si se las lleva tu madre en la camioneta? No viajarías en ella —Dijo. Él elevó ambas cejas y le sonrió. Pam no pudo evitar reír y regresó a donde estaba su madre, le dio sus maletas y regresó con Zacky. Él le dio un casco y ella no pudo dejar de notar, que, cuando se lo acercó, dentro de él emanaba un olor como a coco, de esos olores especiales del shampoo. Y sabía que Zack detestaba el coco... El no usaría un shampoo así.
Ella se puso el casco incómoda y solo observaba a Zacky, quién esperaba a que le abrazara.

— ¿No piensas sujetarte de mi?—Preguntó.

— ¿Ahora eres mi príncipe azul que ha venido a rescatarme?  ¡Oh! ¿Donde estará tu corcel blanco? —Dijo ella fastidiada. 

— ¿Que sucede? ¿Dije algo malo? —Preguntó. 

— Solo, vayámonos—Dijo ella. Lo abrazó y Zacky encendió la moto y fueron a la villa de los Sartarelli. Llegaron y Pam no pudo contener las lágrimas. Estaba igual a como ella lo recordaba. Aquella entrada impresionante. Un camino que daba directamente a la entrada y alrededor mucha vegetación. 

Al entrar toda la familia, su padre dejó las maletas cerca de una mesa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al entrar toda la familia, su padre dejó las maletas cerca de una mesa. Pam cada vez que entraba se maravillaba como niña pequeña en tienda de dulces. 

― El brillo en tus ojos me encanta ―Susurró Zacky. Pam no lo escuchó pero la madre de ella, si.

La noche cayó y con ello, se hizo una fiesta al estilo Sartarelli. Estaba el vino de la familia, los niños bailando a la par de el magnífico sonido del acordeón del tío Roberto y las guitarras de los gemelos. Todos estaban contentos, menos una persona, Pam. Quién solo se sentó en la banca que estaba bajo el naranjo preferido de su abuela. Ella pensaba en muchas cosas en ese instante... En su abuelo, en su madre, en Brian... En Zacky.

― Aquí fue donde tu abuelo le pidió a tu abuela que se casaran, ¿No? ―Preguntó Zacky sentándose a un lado de Pam.

― Si... Amaba la emoción del abuelo cuando me contaba esa historia ―Suspiró ― Lo extraño. A él y a la alegría que le daba a estos viñedos. Eran como sus hijos, Zack. Y... Mira, están tristes. El abuelo les daba alegría. ¿Sabes? Llegué a pensar que el abuelo era una vid y que por un hechizo o algo se transformó en humano. No lo sé... Tengo ideas locas ―Rieron.

― Así toda loca eres pe... Genial, Pam.

― Supongo ―Dijo ―Oye, ¿No deberías estar en casa?

― Si... Prefiero vivir la vida loca y llegar en la madrugada ―Dijo él. Entonces una naranja le cayó en la cabeza ―¡Auch! 

Pam rió.

― Creo que al naranjo no le pareció tu idea ―Dijo ella mientras reía a todo pulmón.

― ¿A sí? ―Dijo él y Pam ya sabía lo que significaba. Ellos comenzaron a correr como cuando eran niños. Zacky y ella reían. Pam era ahora más rápida y no logró atraparla al mismo tiempo que cuando eran unos infantes. Logró alcanzarla y por ello, cayeron. Zacky estaba encima de Pam. Ella observó una vez más, esos ojos que a la par del brillo lunar, se veían celestiales ―Te atrapé, eclissi ―Sonrió. 

― Tal vez sea al revés ―Ella lo empujó y ahora Pam estaba encima de él.

― Exacto, tu me atrapaste ―Dicho esto, comenzó a acercar su boca a la de Pam. 

FaithlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora