Ella y Hoseok se encontraban en el mirador más alto de toda la ciudad. La vista era bonita considerando que desde ahí sólo veían las luces que iluminan la ciudad, eran como pequeñas luciérnagas expandida a diestra y siniestra por todos los rincones, eran como un montón de estrellas acumuladas en un sólo sitio.
Pero eso era sólo abajo, porque desde ese lugar el cielo estrellado era mejor que nunca. El cielo nocturno rociaba color negro, azul oscuro y morado, casi como pinceladas en una pintura, pero las estrellas era lo que causaba la belleza de esa vista.
-son bonitas -comentó Hoseok . Ellie sabía lo mucho que le gustaba mirar un cielo lleno de estrellas.
-si, bonitas bolas de concreto recubierto con plasma que recorre el universo a una velocidad increíble y en aproximadamente trescientos años se apagaron pero su luz seguirá viajando por todo el universo hasta que verdaderamente se extinga -y ahí estaba el hermoso comentario sarcástico por parte de ella.
-ya te estabas tardando -Hoseok se recostó en la grama del lugar.
-¿que cosa? ¿mi inteligencia? -ella se recosto a su lado. La suave y picasa grama se sentía mejor que el duro pavimento en el que se sentaron la primera vez que se conocieron.
-no, tus hermosas frases sarcasticas, me alegran el día, también me hacen gracia -ella se carcajeo.
-soy Ellie, la chica más odiada de la Iglesia, de la familia Park, de tu familia y de media ciudad...
-si ubiera un concurso de sarcasmo de seguro tu te llevarias el premio al primer lugar -ella le dio una débil sonrisa, no le gustaba ser odiada por tantas personas. Eran como paparazzis, en todo momento estaban inventando y hablando cosas de ella, sobre donde estaba y con quien, por eso era que tenía la mala fama con la familia de Hoseok.
-sería increíble asistir, muy divertido.
-yo te apoyaría -Hoseok la miró y acarició la mano de ella.
-¿Sabes que me gustaría hacer ahora?
-¿Que?
-Gritar, gritar a todo pulmón lo que no he podido decirle a nadie -una suave brisa le pego en la cara.
-¿nisiquiera me lo has dicho a mi? Eso duele, soy tu mejor amigo -ella soltó unas risillas.
-pero lo sabrás ahora -ella se levantó. Él quería preguntarle lo que iba a hacer, pero ya lo tenía muy claro, esperaba que esa euforia que ella sentía en ese momento no se convirtiera en algo malo como la última vez.
Elllie se acercó corriendo a la baranda del mirador, una enorme sonrisa se dibujó en su cara, el corazón le latía a mil y no tenía intenciones de parar. Hoseok se acercó a paso lento y se ubicó a su lado, tenía muchas ganas de ver el espectáculo, de ver a la verdadera Ellie que se escondia tras esos jeans oscuros y la chaqueta verde.
-¿lista para...? -Hoseok no pudo terminar su frase pues Ellie ya había comenzado con su en muy voz alta confesión.
-¡ODIO LA IGLESIA! -fue su primera frase, miró a Hoseok y le dio una bonita sonrisa-. Tu turno.
-¿yo? -parecía sorprendido, el no era capaz de hacer tan barbaridad, pero tenía ganas, muchas ganas.
-si, hazlo, por favor -él no podía negarse a un "porfavor" de ella, le gustaba demaciado como para decir que no y alejarse.
Hoseok tomó aire y lo soltó.
-¡YA NO QUIERO QUE ME CONTROLEN! -eso encendió la adrenalina de Hoseok en todo su cuerpo, se sentía genial liberar lo que no le podía decir a nadie.