Deseado infierno.

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Sus besos eran pecado y sus caricias el cielo.
Lo juro, no buscaba lo malo, pero con tanto cambio, era mitad ángel mitad demonio.
Su risa era pecado y su sonrisa el cielo.
Sus abrazos eran mal, pero sus te quiero como me hacían correr el riesgo.
Lo prometo, no se cómo terminé en esto,
Sólo sé que me arrepentiré de pecar y el mal desear.

Sentimientos hechos poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora