Lluvia de papel© (Finalizada)

I. Sueño 1: Alex

[22 de Mayo, 2016]

—Sabes Marcia... Estás cada vez más guapa —dice Alex mientras me levanta el mentón para mirarme mejor a los ojos.
Su acento británico remarca mi nombre con una pequeña pero graciosa dificultad.
Me separo un poco de su abrazo y me muerdo el labio nerviosa
—¿Qué-qué estás diciendo? —tartamudeo mientras pestañeo como una idiota. Creo haberle escuchado perfectamente, pero es imposible que me dijese ese tipo de cosas. Es imposible.— ¿Estás tonto o es que te has dado un golpe en la cabeza?
—Lo digo enserio. Estás más guapa desde la última vez que nos vimos. —Sonríe con la sonrisa torcida más linda que he visto en mi vida y me abraza más fuerte.
Forcejeo un poco tratando de liberarme, pero los brazos del rubio son demasiados largos y vuelve a sujetarme bien de nuevo.
Me da un beso en la frente, haciendo que me sonroje levemente.
Solo le ha bastado una semana para conseguir lo que el chico por el que estoy colada desde hace cuatro años no ha conseguido nunca, acelerar mi corazón.
Aquel amigo de ojos vidriosos con el que tanto he soñado me rechazó las pasadas navidades, y aunque quedamos bien, todavía me pregunto qué es lo que le vi a ese gran idiota. Siempre pasaba de mí, y si no me acercaba a él no me hablaba.
Y ahora, que queda una semana para que me gradúe y ponerle fin a todos esos sentimientos, llega Alex y pone mi vida patas arriba.

Uno de sus besos cercanos a nuestras bocas interrumpen mis pensamientos.
Cierro los ojos y después siguen otros, cada vez más largos que el anterior.
Alzo los brazos y me cuelgo de su cuello. Le acaricio la cabeza, revolviendole el pelo. Y sonrío otra vez.
En uno de sus besos nuestros labios se rozan. De repente se para y me abraza con más fuerza. Siento miedo por que me aparte y se vaya. Apenas le conozco, pero ha conseguido que sienta todo esto por él. Es el rubio casanova, monstruoso y engreído al que solo recuerdo de un verano en Inglaterra, pero por el que estoy comenzando a sentir cosas que nunca antes había sentido.

— ¤ —

—Adiós Alex. —Trato de retener mis ganas de pegarle un puñetazo y de echarme a llorar.— Espero que tengas un buen viaje de vuelta.
El estúpido rubio me pellizca en la mejilla mientras ríe y se marcha por la puerta de mi casa sin darse la vuelta.
Tal como vino, se fue.
Mis hermanas me fulminan con la mirada y se van a sus habitaciones.
Yo me encierro en la mía. Abro la ventana para que se airee la sala y me tumbo en la cama lloriqueando en silencio.
Ha pasado todo demasiado rápido. Pero ya no importa, no le volveré a ver jamás.