Escuchar la canción a partir de (**)
Después de haber entrado a dos cocinas llenas de personas bebiendo, nos adentramos a la cocina del sótano que se encontraba cerca de la mesa de billar y que para suerte estaba vacía. Una vez dentro, Nick me soltó y me apoyé en la barra mirando a otro lugar en el que no se encontrara él.
— Kia, no fue lo que parece —dijo acercándose— solo fue un polvo de una noche, nada más. Ya sabes como es Mia, no deja de fastidiar hasta que no obtenga lo que quiere —me tomó de las mejillas. Al instante me aparté y fruncí más el ceño. Trató de acercarse más pero lo mire enojada a lo que él agachó la mirada y se alejó.
— No puedo creer que me guste un idiota como tú, que solo se acuesta con la maldita de Mia por querer simplemente un polvo. ¿Sabes? Eres un gilipollas por decirme todo lo que me estás diciendo. No tienes ni la más mínima idea de cuánto me lastima escuchar tanta mierda que sale de tu boca, eres un tonto —le grité.
— Ella no significa nada para mi —se justificó.
— Hace unos días pasamos un grandioso momento, Nick. Pero ahora no vale nada, ya que la recontra jodiste al acostarte con ella. Si no significa nada para ti, ¡¿Por qué te acostaste con ella?! —lo señalé.
Sentí un leve mareo por gritar tanto y el alcohol que había tomado no me estaba ayudando. Traté de disimular el dolor y respiré profundo. Tenía que hacer que Nick me pidiera perdón cueste lo que cueste.
— Fui tonto al besarla, pero te prometo que no me acosté con ella —agachó su cabeza— bueno, no desde hace dos años —dijo en un susurro.
(**) Genial, me encanta cuando se muestra sumiso. No es más que un bebé que no sabe que hacer en este tipo de situaciones. Me tomé la libertad de creer en sus palabras y decidí jugar con él un poco.
— Te creo —me acerqué a él y toqué su mejilla— tengo algo que contarte y espero que no te molestes, mucho —le susurré cerca de su oído, sentí como su cuerpo se estremecía junto al mío, mordí el lóbulo de su oreja con una sonrisa en el rostro esperando ver su reacción— me acosté con Marlon.
— Hijo de... —antes de que terminara de hablar atrapé su boca en un salvaje beso. Sabía que el enterarse de esto lo ponía furioso, ¿Y que mejor manera que tener sexo cuando un hombre está enojado?
Me tomó de la cintura y me pegó a él fuertemente. Recorrí mis manos por su nuca y las enredé con su cabello. Nuestras bocas se movían sincronizadamente, encajaban a la perfección. Dejé que su lengua entrara en mi boca para que así juegue con la mía. Bajé mis manos recorriendo su espalda hasta llegar a su trasero, escuché un gruñido salir de sus labios y al instante me empujó hasta quedar entre la barra y él. Sus manos viajaron hasta mi trasero y dio un fuerte masaje en ellos, me estremecí ante su contacto. Con su ayuda me senté en la barra, con una mano me tomó firmemente de la cintura y con la otra una de mis piernas para juntarme más a él; si es que era posible. Su boca bajó hacia mi cuello.
Perdida por el éxtasis, pude notar que alguien nos estaba observando desde la puerta de la cocina, mi sonrisa se amplió al ver quién era la espectadora; sin duda se había jodido.
Solté un gemido al sentir el miembro de Nick en mi parte baja, sin duda disfrutaría mucho esta noche. Nick empezó a quitar mi bustier desesperadamente.
La ira en la cara de Mia me hacía disfrutar más del momento. Por fin había logrado que la zorra sepa a quién le pertenece Nick.
— Nick —susurré son una sonrisa en los labios mirando a Mia.
— Cállate —me gritó al separarse de mi cuello mientras daba mordiscos a mis pechos provocandome un poco de dolor— después de lo que haz hecho no tienes permitido hablar —dijo enojado.
Me sacudió bajo su cuerpo. Me estrujó hacia él, lo abracé y mordí el lóbulo de su oreja; sin duda no lo dejaría por nada del mundo, haría lo que fuera para que Nick se quedara conmigo si es posible hasta la muerte. Aunque parezca, corrijo, me comporte como una perra; tengo un corazón, y le pertenece sola y únicamente al idiota que acaba de hacer que moje mis bragas. Con una sonrisa satisfactoria le lancé un guiño a Mia y esta salió corriendo de la habitación.
Reí por lo bajo, al instante Nick me echó en la barra y me acorraló con sus brazos hasta quedar aplastada por él y la barra, de nuevo. Lancé un grito al sentir algo arder en mi cuello. Genial, el estúpido aparte de morderme me había dejado un enorme moretón exactamente encima de mi clavícula.
Lo escuché reír, una fría y sexy risa que me mojó aún más. A estas alturas no entiendo porque todavía tenía la ropa interior puesta. Traté de moverme para poder quitarle la camisa negra que lo hacía ver más apetecible pero me impidió mover alguna extremidad de mi cuerpo, salvo mis piernas. Las enrosqué en su cintura y al instante empezó a frotar su cuerpo con el mío. No dejaba de soltar suspiros y leves gemidos. Su lengua recorrió mi boca, mi cuello y la parte superior de mis pechos. Este hombre si que sabía cómo hacer las cosas.
Encorvé mi espalda cuando sentí la mano de Nick cerca de mi feminidad. Acercó su rostro al mío y con los ojos cerrados acarició mi cara con su nariz dejando un camino de besos por donde esta pasaba. Lancé un gemido cuando levantó más mi falda y empezó a masajear mi feminidad mientras besaba y mordisqueaba mis pechos. Mis gemidos eran opacados por la música a todo volumen pero la temperatura en la habitación era exorbitante. Cada vez que trataba de decir algo Nick apretaba uno de mis pechos o masajeaba más rápido mi feminidad para que mi boca no soltara otro sonido más que un gemido. Agarré su trasero y lo junté más a mi, sentí su respiración demasiado agitada y al instante de notar que lo estaba mirando detenidamente se separó de mi transpirando.
Lo observé aturdida, no entendía el porqué se había alejado. Me miró divertido y empezó a sacudir su camisa y sus pantalones. Sin duda era un imbécil.
— ¿Qué pasó? —me dijo tranquilamente. Con la mirada lo estaba destrozando pedazo por pedazo. El desgraciado había jugado sucio. Estúpido, yo sé jugar mejor.
— Dímelo tú —alcancé a decir en un susurro. Bajé de la barra y con la vista busqué mi bustier que se encontraba al borde de la barra apunto de caer al piso, lo tomé y al instante me lo puse observando de reojo como Nick tragaba saliva nervioso y al momento de voltear a verlo su expresión cambió a divertida. Já, hombre. Acomodé mi falda que ahora la tenía como por los pechos y luego la sacudí.
— Este no es tu tipo de juegos, Woon —me acercó retándolo con la mirada.
— Seguro que si —respondió divertido alzando una ceja— que Mia vea esta escena es tan solo el primer paso para mi juego —apareció una enorme sonrisa en su rostro.
Jodido hombre. Él sabía que Mia nos había estado observando e hizo todo lo que me hizo en el momento apropósito, menudo juego el que estaba pensando comenzar.
Lanzó una carcajada divertido por la situación, se acercó a mi a lo que me puse nerviosa y tras darme la vuelta y señalarme el enorme espejo de la puerta de la refrigeradora que reflejaba la puerta de la cocina y la barra en dónde habíamos estado hace instantes se alejó para después salir de la cocina riendo.
— Maldito —grité golpeando el espejo.
Sin duda había quedado como tonta frente a él y sé que próximamente Mia también lo sabrá. ¿Por qué me hacía esto? Se supone que él esta en algo conmigo. Se supone que esto no sería así, ¡Yo tendría que tener las riendas de este juego! Menudo idiota con el que tengo sexo. A pesar de tantos largos años de amistad él viene y me hace una mala jugada con la perra de Mia, ¡Con la perra de Mia, Dios! Si quería jugar sucio con mi mayor enemiga ¡Bien! Yo sé jugar mucho más sucio.
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BITCHES. #PADP
Short StoryNi la más perra podrá destronarme. [The Queens 1] _______________ ©2016 rockurtuis Prohibida su copia, traducción, plagio y/o adaptación.