4 de Julio

Capítulo 5: Del odio al amor sólo un paso hay

Desde ese día, la relación de Alejandra y Jaime había cambiado de una manera casi radical.
Un día, ella había acompañado a Jaime a la heladería. Otro, ella habría ido a la clase de Jaime con Juanjo, el profe de cello.
            -Alejandra -se dirigió Juanjo a la chica con expresión pícaramente cómica- ¿en serio no tienes nada más interesante que ver cómo le doy clases a Jaime?
           -No... -contestó ella, sonrojándose- Si a mí me encanta ver esto...
         -Si es alguna estrategia extraña para subirte la nota, que sepas que no cuela. -rió Juanjo.

Entonces, los tres rieron. Juanjo siguió dándole clases a Jaime, y mientras hacía la lección, lo paró un momento.
          -Perdonad. Pero acabo de acordarme -dijo el profe- pero, para finalizar este curso en el conservatorio había pensado en organizar un grupo de cellos a modo de despedida. ¿Os apuntaríais?
        -¡Sí, claro! -contestaron ambos al unísono.
       -Tocaremos "Oblivion" de Astor Piazzolla.