Capítulo 1

27 0 0
                                    

Siempre lo tuve todo; una casa, unos padres que me aman, un hermanito pequeño que hace sonreír a cualquiera, y hasta un perro. Lamentablemente, en ese momento, nada era suficiente. Su voz no se asemeja a ninguna, extraño ese cariño sincero que tenía hacia mí, siempre preocupada de que nunca me faltara nada.

Recuerdo ese día, en ese entonces yo tenía solo 13 años, iba en 8vo básico. A pesar de lo pequeña, ese instante quedó en mi memoria para siempre. Dejó de existir una persona muy importante para mí, irreemplazable, mi bisabuela.

Ese período fue demasiado desolador, lleno de angustia y tristeza. Era una sensación extraña, lo entendía todo pero a la vez no entendía nada, me cuestionaba hasta lo más mínimo, incluso me sentía culpable.

Ella siempre me dijo: "Cuando yo me muera no tienes que llorar mucho, te puedes enfermar, tú tienes que ser feliz", el hecho de no poder hacer lo que me pidió me frustraba, y no me dejaba reponerme después de lo sucedido. Fue tan doloroso darme cuenta que se murió, tan traumante apreciar el momento en que se iba, llegué a sentir que ya no podía seguir. No sabía con quien hablar, mis padres trataban de entenderme pero no lo lograban, necesitaba una persona que me comprendiera. Un día cualquiera, de casualidad, la encontré.

Con tan solo 13 años, Carolina sentía que se quería morir. Su ánimo era nulo.

ResilienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora