Capítulo 4

6 0 0
                                    

Las primeras conversaciones no fueron extensas, eran muy cortantes, pero a medida que pasó el tiempo, él fue cediendo. Empecé a sentir mucho cariño hacia Joaquín, me hacía olvidarme de todo lo malo. Cuando conversaba con mi hermano me sentía muy bien, él me entendía como nadie.

A pesar de que aún no lo había visto en persona, lo fui conociendo día a día, es una persona de corazón muy grande, se preocupa por mí y me ayudó mucho a superar la muerte de mi bisabuela. Desde que empezamos a hablar, siempre ha estado cuando lo necesito. Sé que me quiere, ya me siento parte de su vida, su hermana pequeña.

Poco a poco fuimos construyendo nuestra relación y apoyándonos el uno al otro. Él me ayuda a superar la muerte y yo lo ayudo a que, con calma, pueda ir dejando el rencor hacia mi papá. Me alegro mucho de haberlo conocido, me hace bien, me hace feliz.

Nuestra hermandad fue un poco difícil al comienzo, a parte de su rabia, había otro obstáculo, su mamá. Ella se oponía tajantemente a que él hablara conmigo, no quería que su hijo tuviera contacto con alguien de la familia de mi papá, ella lo odiaba. A pesar de todo eso, mantuvimos el contacto y llegamos a ser inseparables.

ResilienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora