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*Narra (t/n)*

La alarma está sonando desde quien sabe cuándo, y desde hace rato la cocina hace mucho ruido...respiro pesadamente y trato de levantarme

-Supongo que el día siempre debe iniciar productivamente—me siento en la cama y miro la pared de enfrente, extiendo mi brazo y busco el reloj para apagar la alarma

-¡Buenos días (t/n)!—brinco en la cama cuando escucho el grito mientras veo que nana va entrando por la puerta con un mandil rosa y la charola del desayuno—espero que... ¿(t/n)? ¿Estás bien? ¿Pareces asustada?

Parpadeando ante su pregunta me doy cuenta de mi posición, en la esquina del cuarto cobre la cama con la cobija hasta los hombros y respirando agitadamente

-¡Na-nana! ¡Me asustaste!—le digo mientras me vuelvo a sentar en la orilla después de apagar la alarma

-Vamos pequeña—me dice nana mientras deja la charola en mi escritorio—debes apresurarte ya, entras a la escuela en una hora

-¿No es el desayuno?—le digo mientras me pongo de pie y me dirijo a donde esta ella, viendo que la charola trae un plato y un sobre

-Nunca te ha gustado desayunar en la habitación—me responde mientras me besa la frente y sale de la habitación—Tu padre está al pendiente de ti

-Si claro, mi padre...

Tomo el sobre y lo abro, es una carta de papá....la dejo nuevamente en el escritorio y tomo el uniforme que cuelga en la puerta del closet y corro al baño, entro en la ducha sin esperar que el agua se caliente y después de un baño corto me visto, aunque mi cabello siga mojado y humedezca el uniforme, tomo mi mochila junto al escritorio y me dirijo a la cómoda, donde tomo una foto y sonrió.

-Mamá, hoy inicio tercer año de prepa en Japón...Morgan, cuídame, por favor—

Dejo la foto en su lugar y salgo al amplio pasillo de habitaciones, bajo las escaleras de caracol, aviento la mochila en el enorme sofá de la sala y corro a la cocina

-¡NANA! ¿Dónde estás?—le grito fingiendo un acento gallego

-Calla (t/n), no te rías de mi acento—veo como asoma por el arco que comunica la cocina con el comedor

Reprimo una risa y me dirijo a la barra desayunadora, aquella que separa la cocina y el comedor, justo debajo del arco

-¿Crees que tenga muchos amigos?—le pregunto

-¿Otra vez esa pregunta? ¡Pareces niña de kínder! Ya te lo he dicho, sonríe y que todos vean ese brillo que sacas hasta por los codos cuando estas contenta

-Nana, es serio....ya no tengo ocho años—suspiro mientras apoyo mi mano en mi mejilla

-¿Qué decía tu padre en la carta?

-No vendrá hasta septiembre, si los problemas en la noruega con la compañía siguen asi atrasara su viaje a Tailandia.

-O pequeña, ya sabes cómo es tu padre de exagerado

-Nana, no hay problema, llegaste tú...imagina como estaría la cocina en este momento si yo estuviera intentando cocinar...

La mujer de cabellera blanca voltea con una sartén en una mano y una cuchara en la otra, algo asustada, se acerca a mí y sirve el contenido de la sartén en un plato

-Jamás me hagas imaginar eso otra vez

-No es para tanto nana—le respondo mientras tomo el plato y lo coloco frente a mí

-La última vez que lo intentaste terminaste en el hospital tres días, niña—me contesta enfadada

-Yo que iba a saber cómo se prendía la estufa—le respondo igual de enfadada

-¡¡Tenias quince años!! ¡Mínimo debiste pedirme ayuda!

-¡Estabas enferma y papá no regresaría hasta dos días después! ¡Que querías que hiciera! ¡Debí haber muerto ese día!

-¡T/N! Cuida esas palabras jovencita!

-¡Oh que¡ ¡Que harás? ¡¿Decirle a papá?! ¡No eres mi madre!

"Mierda, la regue!" Mis ojos están abiertos de par en par mientras veo como nana me sostiene la mirada. Nana; mi segunda madre, mi mejor amiga, mi niñera, mi apoyo cuando paso lo de mama y lo de Morgan....no debo tratarla así

-Tu temperamento se ha controlado—me dice mientras sonríe tranquilamente—Antes me hubieras gritado eso desde que dije que tu padre es un exagerado

-nana....

-Tranquila hermosa—regresa a la estufa y sigue preparando algo—tienes razón...pero mas razón tengo yo de estar aquí y cuidarte—me mira sobre su hombro con una gran sonrisa—para evitar que terminemos de nuevo en el hospital

-Gracianana—es todo lo que le puedo responder, con una sonrisa, mientras apoyo loshombros en la barra    

Al ritmo del aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora