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Lo odio por haberme querido como lo hizo y me odio a mi por haberle permitido que lo hicera. Lo odio porque logró que me acostumbrara a tener su presencia diariamente, lo odio porque consiguió que lo llegará a querer como quizá no vuelva a querer en un largo tiempo. Le odio porque se fue y me odio porque le permití que se fuera. Lo odio por como es y me odio porque a pesar de ello lo acepté. En fin a quien realmente odio es a mi misma por estar pensando en él en este momento.

"Desde que todo acabó."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora