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A él le gustaba ponerse los auriculares cuando estaba triste metía las manos en sus bolsillos y se alejaba de todos. Se sentaba al lado de la ventana y se le perdía la mirada en el vacío. Y a mi me gustaba verle para sonreír como una tonta, aunque lo mirara de lejos sabía que él estaba ahí, no conmigo pero si ahí.
Ahora sólo me quedan recuerdos que me rompen el alma al saber que no lo tengo ni un poco lejos. Y es que así como a él le gustaba ausentarse por ratos hoy a decidido ausentarse de mi vida, quizá por un tiempo no lo sé. Pero ¡joder! Vuelve pronto porque tu ausencia me deja un poco sin ganas de nada, un día sin hablar contigo es como un día sin sentido para mi, porque nunca te extrañé tanto como cuando quise contarte algo y me di cuenta de que no estabas aquí para leerme ni mucho menos para escucharme.

"Desde que todo acabó."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora