Querida Emma [Editando]

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Hoy cuando llegué al colegio fui a la biblioteca, frecuentemente me sale el bichito de adentro y me dan muchas ganas de leer, hoy era uno de esos días. Por lo qué, subí las escaleras y me introduje en la gran biblioteca.

Lo que más me gustaba de tal lugar era el hecho de nunca había nadie allí, prácticamente. El único ser humano que siempre podrías encontrar allí metido detrás de algún libro (aparte de la vieja bibliotecaria) era Ian.

No sabía que me apetecía leer hoy, pero recordaba que el libro de los juegos del hambre aún no lo acababa, por lo que luego de buscarlo y encontrarlo me encamine a una de las mesas para leer con tranquilidad.
Sin ningún error en mi suposición, a unas mesas de mí se encontraba Ian estudiando, al captar su atención lo saludé con la mano y me correspondió el saludo.

Me senté junto a la ventana como de costumbre solía hacer, pero al cabo de unos segundos de intentos fallidos en mi lectura dejé el libro sobre la mesa y me puse a ver la sala. A mí sorpresa había otra chica sentada a unas mesas de la de Ian, por alguna razón no había notado su presencia allí antes.

Me dediqué a observarla por un buen rato hasta que fui sorprendido por el escandaloso timbre. La chica bajó el libro dejándome ver su rostro, no sólo eso, sino también permitiendo que ella me viera como la observaba.

Inmediatamente que ella captó mi mirada me incorporé y dejé el libro en la estantería intentando parecer normal y luego me fui de allí rápido.

Llegué a mi clase y la misma pregunta de los últimos días se hizo presente "¿Ya conociste a la nueva?" Aunque hoy sí tenía una respuesta para ello. Me dedicaba a contestar que había visto a una chica extraña en la biblioteca, no sabía quién era y parecía perdida dentro de este colegio, por lo que bajo mis suposiciones, era la nueva pero no sabía si en verdad era ella.