Hear Me

Una pizca de felicidad.

Estaba a unas cuantas personas de presentarme, cuando se presento una chica hermosa, al menos para mi, me quede pegado mirándola y me toco presentarme pero no preste atención, una vez mas hice el ridículo. Me presente muy tímido, dicte mi nombre seguidamente mis hobbies que eran; escuchar música, jugar y leer. Cuando termino la clase todos nos dirigimos al patio, tuvimos 30 minutos de break (recreo) y fui a comprar me algo para comer ya que me moría de hambre y me encontré con ella, de pelo liso, estatura relativamente baja, sonrisa hermosa y morena, esto último me dejo loco, como obsesionado por ella.

Me di el coraje de hablarle y al menos tener un amigo en la U el primer día de clases. Ella estaba sola y yo también estaba solo, conversamos un par de minutos y me entere de que ella también escuchaba rap. Fue ahí cuando me dijo que yo le parecía conocido y me pregunto si había ido a una tocata, estaba en lo correcto, pero yo no la recuerdo haberla visto en alguna de ellas. Al final nos pusimos de acuerdo para juntarnos a comer algo, hablar y presentarme a algunos de sus amigos.

Nos juntamos a las 7 en el doggis del centro, llego con un amigo y a simple vista parecía rapero, nos presentamos y fuimos directo a comer. Lo que pedimos de comer no tiene mucha relevancia, lo que si tiene relevancia fue lo que hablamos aquél día, hablamos sobre música, específicamente rap. Diego, amigo de Antonia, me comento que tenía un estudio casero en su casa, también un par de canciones de él y me invito a grabar, si es que me gustaba la idea. Acepte, pero mas adelante porque no tenia una motivación que me incitara a escribir, pero aún así escribiría cuando se diera la oportunidad. Estas oportunidades hay que aprovecharlas al cien por ciento.

Ya se estaba haciendo de noche y decidimos irnos a la casa de Antonia, llegando nos sentamos en el sillón y conversamos mas tranquilos. Nos pusimos a improvisar hasta que llego la mamá de Antonia y nos tuvimos que ir cada uno para su casa. Llegue a mi casa, pesque el cuaderno donde estaban todas mis rimas, no eran rimas de otro mundo, pero eran rimas que las escribí en la escuela cuando era victima de bullying y me vino un sentimiento de remordimiento al no haber actuado cuando debía.