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-¿¡Qué!? ¡Eso es imposible Kaden! - murmuro y está a punto de interrumpirme pero sigo - hoy le decías a Kiara que la querías... Y yo tengo a Sam.

-No tiene nada que ver eso... - suspira y cierra la puerta antes de hacerme tomar asiento en el sillón de la sala.

-Obvio que sí. O sea, estoy casada y amo a Sam además vos la querés a Kiara - resoplo y observa con cautela las marcas de mi brazo y mi rostro.

-Ya sé que le dije que la quería. Pero no es ese "te quiero" de amor... Es solamente de amistad - enarco una ceja y entrelaza nuestro dedos - creo que primero lo único que sentí por vos era la calentura pero ahora... Ahora todo es distinto...

-Algo en el interior se te remueve cuando nos vemos, nos hablamos, nos besamos... - prosigo con uno de mis pensamiento que había tenido antes.

-Sí... ¿Cómo sabes eso...?

No tengo que admitirlo. No, no puedo.

-Porque es lo que siento con Sam... - miento y no puedo mirar a sus ámbares.

Asiente y se queda pensante observando la nada. Esta mentira nos va a salvar a los dos, no hay forma de que sintamos eso porque él... Bueno él es todo lo que hace que mi sistema se alborote pero es el primo de mi esposo. De no tenerlo a Sam y haber conocido a Kaden primero, lo hubiera elegido mil y una vez, hubiera robado mi corazón antes...

Me arrastra hasta el baño y me dice que me siente en la tapa del inodoro. Saca algodón, alcohol y crema para cicatrizar.

-¿Te curaste?

-No. Solo me limpié la sangre seca - susurro y pasa un poco de algodón impregnado en alcohol - ¡Auch...!

Se concentra y comienza a tararear una canción. Típico de él.

-¿Por qué sonreís tanto? - pregunta sin dirigirme la mirada y humectando mi piel rasgada desde la mitad del antebrazo derecho a la muñeca.

-No sé... Me encanta que cada vez que hacés algo, lo hagas cantando - confienso ladeando la cabeza.

Observo que guarda los frascos y se lava las manos. ¿No tendría que ser Sam el que hiciera esto? Él ni siquiera se molestó y llega Kaden y lo hace sin habérselo pedido...

Caminamos hasta la cocina y admiro su ancha espalda mientras prepara un té y un sándwich. Este hombre me está cuidando y mi esposo de joda quién sabe dónde...

Deposita el plato junto con la taza delante de mí además de un delicado beso en mi frente. Mis sentidos se congelan tras el roce de sus labios en mi piel, por un segundo quedo estática y enciendo la televisión para romper el silencio sepulcral en el que nos encontramos.

-¿Hiciste lo mismo con Kiara? - no sé porqué pero la idea de que haya hecho lo mismo con ella, me llena de odio.

-No. No quiso que la ayudara a curarse ni nada y se fue - murmura y doy un sorbo a la bebida.

Contemplo como sus facciones se relajan una vez que se distiende y presta atención al programa que está puesto en la tv.

-Lo de la otra noche... Yo... - se vuelve hacia mí y me quedo muda. ¡Mierda! ¿Qué se debe decir después de haber tenido sexo de esa forma?

-Yo tampoco me lo esperaba, si eso es lo que ibas a decir - me regala una ínfima sonrisa - pero fue genial con vos...

¡Oh! ¿Entonces eso es lo que se dice después de hacer una orgía...?

Apoyo la cabeza en su hombro y se tensa ante mi reacción. Cuando caigo en la cuenta de que las lágrimas se me escapan sin reparo, me envuelve en sus brazos y me estrecha contra su cuerpo.

-Madi... No llores, nena - susurra contra mi pelo y deja un camino de besos desde ahí hasta la punta de mi nariz.

-Es que no sé qué es lo que siento Kaden - sollozo y limpio una lágrima que cae por mi mentón.

-¿Me querés? - observo que sus ámbares se cristalizan también - dejá no respondas eso... Yo sé que amas a Sam.

-Yo... No sé qué decirte la verdad. Todo es muy confuso ya...

Regresamos al silencio de antes y comienzo a observar sus labios. Esos mismos labios que me hicieron tocar el cielo la primera vez que me besaron, esos que arden al chocar con mi piel y esos mismos que ahora tengo unas ganas irremediables de saborear.

-Besáme Madi - dice y tomo su rostro con mis manos atrayéndolo hacia mí. Nuestra lenguas se funden y sus brazos aprietan más de mi cintura.

Me roba el aliento, la calidez del beso y con ello, se va parte mi corazón que ya le pertenece. Nos besamos tan lento como suave inspeccionando cada rincón de su boca.

-Tengo que irme - deposita un beso fugaz en mi frente, se levanta con un movimiento rápido y abre la puerta - te espero mañana en Uniclub a las ocho, teloneamos a We Game As Romans.

Dichi esto desaparece en la penumbra después de cerrar la puerta.

Y acá quedo yo como una idiota, entrenándome a los labios de alguien que no es mi esposo y sintiendo como mi alma se va atrás de él, buscando su amor...

¡Es que soy tan estúpida! Tengo que terminar con esto, con lo que sea que tenemos o haya entre nosotros. Nada bueno va a venir si alguien aparte de Camila, Bex, Fabrizio y Alex, se enteran de que estamos así.

Me siento tan en la... Incertidumbre por esta situación que se me bloquean los pensamientos, sentidos, absolutamente todo.

***

Me despierto sobresaltada por el portazo proveniente de la entrada. Salgo de mi posición de gusano de la cama y me encuentro con un Sam desparramado en el suelo.

-¡Sam! ¡Amor! - grito y como puedo lo levanto de los brazos y lo arrastro hasta el baño.

Lo dejo sentado en el suelo y le pellizco el brazo. Sus ojos enrojecidos me observan pero no me miran... ¿Por qué hizo esto? ¿Qué se le cruzó por la cabeza para llegar a este estado?

El hedor a alcohol es tan prominente que prácticamente me causa arcadas, cierra sus párpados y se deja caer para atrás.

¿Qué hago...? ¿Qué mierda hago...?

Busco algún contacto en mi celular y llamo.

-Te necesito, porfa.

Dulce engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora