Capitulo 11

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Cuando llegué a mi casa guardé todo lo que había comprado en la nevera. Mi madre no llegaba, así que decidí acostarme otra vez para calentar un poco mi cuerpo. La verdad estábamos en invierno y el clima no era tan favorecedor. Obvio que me gusta el invierno por toda la ropa que tengo pero aún así desearía que no fuera tan frío siempre. 

Luego recordé que mañana ya sería el día de visitar mi nuevo hogar, donde voy a tener mi espacio, mi intimidad, donde voy a ser YO. Claro, a todos les sonará normal el "Tengo casa nueva", pero no, a mí no. El tener mi intimidad, mi espacio de trabajo, mi patio, mi cocina, mis cosas.. Es increíble. Por fin me voy a valorar por mí misma, por fin voy a elegir YO lo que quiero y lo que quiero tener, por fin voy a poder manejarme sola. Obvio, en eso no soy muy buena porque siempre viene bien tener alguna persona que te ayude a cocinar mientras tú limpias, porque no es fácil hacer dos cosas a la vez y yo, si las hago, creo que termino quemando la casa. 

También el ponerme horarios, por ejemplo levantarme a tal hora para desayunar. Y el saber qué voy a comer también es importante, porque yo me cuido, mantengo mi figura y no puedo comer cualquier tipo de carbohidratos como las grasas que contienen. En la casa de mi madre comemos ensaladas, huevos revueltos, queso a la parrilla, helado de frutas, mgadalenas de arándanos y cosas por el estilo. Y para eso debo anotarme una lista de cosas que tengo que comer y eso fue lo que hice, aquí mi lista de alimentos:

Lunes: Pescado, ensalada y frutas.

Martes: Huevos revueltos y fideos  

Miércoles: Queso a la parrilla y frutas

Jueves: Carne, ensalada y pan

Viernes: Arroz, carne y algún vegetal

Sábado: Pizza

Domingo: Huevos revueltos y arroz.

Soy muy sofisticada en el tipo de comida que elijo para mi día. Eso o la mayoría de las cosas que hay ahí compro cada vez que ya no hay más porque son vitales para mi circulación. No está demás comer algún graso porque te da energía, entonces los Sábados como pizza y ya. La pizza es rica y me gustaría darme el placer de comerla algún día en la semana. Mi día favorito respecto a las comidas es el Jueves ya que me encanta la carne al igual que los vegetales. La ensalada nunca me puede faltar y la harina. ¿Vieron alguna vez el plato de comidas que te muestran en la escuela para saber qué comer en más cantidad y qué no? Bueno, mis comidas vendrían a ser así y el Jueves es lo más indicado para comer según el plato de alimentos. No sé si lo habrán visto, yo sí. 

Entonces, mientras estoy fundida en mis pensamientos de comida vino hambre y mamá. O sea, ¿quién no siente hambre cuando piensa en comida o en comer? Aunque ya había desayunado, mi estómago seguía gruñendo. Mi madre dijo mi nombre mientras cerraba la puerta.

-¿Selena?-dijo, luego escuché una voz masculina reír- ¡Chist!

Mi madre había hecho callar al hombre que venía con ella. No quería ni imaginar lo que estaba pasando. ¿Acaso mi madre estaba trabajando en una esquina y por eso no llegaba para la noche? ¿O es que trae a los clientes mientras yo duermo y luego se va? Vaya, qué pensamientos sobre mi madre, pero era lo único que yo podía pensar. Sino, no sé qué más. Salí y vi a mi madre dejando su bolso. Pero estaba más que elegante, no tenía ninguna marca de manos en su ropa y el hombre le besaba la mejilla. Ese hombre rapado tenía la voz gruesa y potente. Entonces se giran para verme, yo, impávida como estaba quedé roja pero roja-roja mal.

-Hola, Sel. Él es Brian. ¿Recuerdas que te dije que iba a lo de Margaret? Pues él es su hermano, y lo conocía desde hace dos años pero no te comenté nada. Es por eso que salgo de noche, me invita a cenas y la pasamos bien. ¿Selena? ¿Estás bien?-mi rostro se había transfigurado a un mueca de gracia.

-¡Mamá! ¿Por qué no me dijiste nada? Tienes novio, ¡genial!-dije, mientras la abrazaba y el hombre reía.

-Hola-dijo-. Soy Brian. Y sí, soy el novio de tu bella mamá.

Reí y le estreché la mano que él me tendía, mientras de reojo vi como mi madre se iba poniendo roja con cada palabra que yo decía.

-Mira, qué bien. Espero puedan darme un hermanito o hermanita. Ah, trátala bien o te echo de la casa-dije, mientras reíamos.

Al final el hombre no me cayó ni tan mal. Era buen tipo y trataba a mi madre con mucha dulzura. Apartaba la silla para que ella se sentase y luego se la acercaba. Se quedó en mi casa dos días, él cocinaba y yo lo ayudaba ya que no sabía mucho como funcionaban los electrodomésticos en mi casa. Él vivía en un edificio muy luminoso, lleno de ventanales (con vidrio azul, por lo que no se podía ver nada). Cuando le pidió a mi madre ir a visitarlo ella se negó ya que se sentía muy mal, y el hombre ¡se quedó a hacer cama con ella! Me encantó cuando entré a traerles el café y él le estaba intentando besar la mejilla.

-Te vas a enfermar-le decía mi madre, riendo.

-Da igual, luego tú tendrás que hacer cama conmigo, ¿no?-y le besó la mejilla mientras yo reía.

Ese día yo había salido ya que hacía mucho no salía y decidí ir a visitar el Zoo, como cuando era una niña. Todo era muy bonito, los monos, los vendedores de juguetes, los niños brincando frente a la jaula del león. Muchas cosas que vi y entonces, mientras pasaba por un paisaje hermoso lleno de cerezos y las hojas rosas que me golpeaban en los hombros, pensé: <<¿Y si traigo a mamá y a Brian? Seguro la pasan genial.>> Y volví a casa mientras tarareaba un ritmo muy peculiar que me gustaba mucho.

-¿Qué les parece si vamos al Zoo?-dije, mientras entraba en su habitación.

-¿Eh?-Dijo, impávida-. Selena, me encantaría pero ahora yo no...

-¡Claro! Será bonito, vamos, no seas vaga-dijo Brian mientras me abrazaba por los hombros y yo reía.

-No, no, no. Me niego. No me levantaré, estoy con mocos-dijo, cruzando los brazos.

Entonces, en un movimiento rápido, Brian la tomó mientras ella reía en los brazos de él. Y cuando la besó yo los abracé. Me gustaba esta nueva familia. La verdad, me hacían reír con solo mirarme o hablar. Además de que la pareja que hacían Brian y mi mamá era muy bonita. Pero, ese fue mi momento de felicidad, porque para nada me esperaba lo que vendría después.

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