Camino sin destino.

Capítulo 4

Esprinté hasta llegar al rellano de mi casa. ¿Era posible lo que acababa de ocurrir? ¡Un hombre me había besado! Bueno, técnicamente no. En aquel momento, en menos de un minuto, se me pasaron por la cabeza todas aquellas cosas que Kayto dijo, haciendo que las comprendiese. Kayto lo único que pretendía era no organizar ningún tipo de escándalo y protegernos a los dos. Si en el instituto, los profesores y directivos se esteraban, le podrían despedir por varias razones. La primera sería mantener relaciones con el alumnado del centro, arriesgarse a salir con un menor de edad, aunque solo se tratasen de cuatro años, y que me expulsasen del instituto. Eso no podía ocurrir, sino me sentiría culpable de por vida. Pero, claro, ya sabemos que yo no tenía culpa de nada.

"¡¿En qué estoy pensado?! Ni siquiera me gustan los hombres".

-Mañana será otro día...- susurré, ya acostado en la cama.

"Una vez más, al igual que en muchos anteriores casos, tienes delante a esa persona. Ese hombre, ese chico. Ojalá supieras lo tan importante que eres para él. Hazte un favor y ni se te ocurra dejarle escapar o arruinarás tu vida, por completo. Tranquilo, no llores. El haber estado solo tanto tiempo y que se presente alguien que te ama, es difícil, pero te dije que ha llegado el momento. Ahora mismo estás alejado de la realidad; cuanto más cariño tengas por él, más cerca estará y pronto terminará esta pesadilla. Recuerda que ahora es tu oportunidad". 

Otro día, otra cara, otras sensaciones.