Elmacabro caso de La Mujer Maniquí o La Inexpresiva
El 26 de junio de 1972, una extraña mujer con un vestido blanco cubierto de sangre apareció en las puertas del Hospital Cedars Sinai Medical Center en Los Ángeles, Estados Unidos.
No se vió con sorpresa ya que entró por la zona de emergencia y era normal ver personas que sufrían accidentes y venían al hospital por ayuda medica. El caso de ésta rara mujer era diferente a los demás y alarmaba a las personas que la miraban ya que no lucia humana, las enfermeras que las atendieron incluso la miraban con horror y una de ellas vomitó afirmando que no era de ningún modo humana. La razón era que su físico era tenso y sin expresiones, un rostro blanco completamente, sin cejas ni pestañas y con ojos grandes y perturbantes, casi sin movimientos, pero siempre manteniendo la característica fluida del ser humano.
Su mandíbula estaba completamente cerrada y abultada, apretando fuertemente los dientes y fue en ése instante cuando el doctor de turno se percato que un sonido provenía de adentro de ella. Sorprendido y angustiado notó que el sonido era el ronroneo desesperado de un gato pequeño, atorado entre su garganta y sus dientes. Al intentar forzar la mandíbula, la mujer retorció los dientes con gran fuerza y chorros de sangre salieron de su boca, salpicando el piso y el vestido, para luego escupir el cuerpo del gato muerto al suelo y mirar al todos en la habitación con una expresión horrenda e inexpresiva que trasmitía burla.
Minutos después varios médicos y enfermeras se reunieron y convocaron un equipo médico especial para limpiarla y prepararla para una sedación, inclusive lo harían bajo la presencia de las autoridades. Cabe destacar que en todo momento la mujer no puso ningún tipo de resistencia y en cambio se tornó completamente pasiva, inmóvil e inexpresiva.
Su físico era tan incómodo que ningún médico, enfermera o policía no se atrevía a mirarla directamente por mucho tiempo, a pesar que no se movía, sus rasgos y ojos aterraban. Toda la situación se mantuvo así hasta que intentaron sedarla, la mujer reaccionó defendiéndose con gran violencia.
Los miembros policiales que la sostenían fueron a parar al otro lado de la habitación al ser arrojados como muñecos de trapo, luego movió sus ojos y aun con su rostro inamovible y expresiones vacías caminó hasta la puerta de la habitación y moviendo un pesado estante la bloqueó rápidamente, luego observo el cuarto con determinación y posó luego su mirada pesada en los doctores y enfermeras que allí habían.
Con una desagradable mueca se rió soltando un sonido horrible y macabro, ocasionando el desmayo de tres enfermeras por el shock ya que la extraña mujer no tenia dientes humanos sino afilados y puntiagudos huesos como cuchillos. Varios médicos reaccionaron y trataron de sujetarla pero fueron a caer contra las paredes con gran fuerza.
El terror del doctor que quedaba aun consciente le hacia temblar sin control, preguntándole con miedo "¿Qué es lo que eres?". Con una risa espantosa la mujer se aproximo con movimientos rápidos e irreales y con sus dientes de fiera mastico el cuello del doctor, haciendo una laguna de sangre en toda la habitación soltándolo en un rincón dejándole morir lentamente, mientras la seguridad del Hospital junto con un equipo policial se dirigía al lugar.
El doctor moribundo aun con vida la miraba horrorizado pensado si esa mujer podía hacerle algo más, en ése momento la expresión y rasgos de la mujer cambiaron, teniendo una mirada fría y penetrante, amenazadora y peligrosa. Escuchando los golpes en la puerta de la habitación del grupo se seguridad, la mujer se inclinó mirando de cerca al doctor y le respondió a su pregunta "Yo...Soy Dios, querido". El doctor se llenó de pánico y murió de inmediato. Los demás en la habitación que se recuperaron del shock escucharon y quedaron atónitos.
El equipo de seguridad logró entrar pero todos fueron empujados hacia atrás mientras la mujer salia corriendo a una velocidad animal y se metía en una habitación del pasillo al lado de uno de los ascensores. La mujer saltó por la ventada. Los que observaron desde la calle y los que miraron luego por la ventana notaron que al saltar la mujer cayo hacia arriba cayendo en el techo del Hospital, alejándose saltando por los techos de los edificios de cada cuadra, perdiéndose en la distancia.
Los doctores y enfermeras sobrevivientes fueron recluidos en un manicomio y la única enfermera que recibió ayuda psicológica llamada Mary Ann Lewis, luego de recuperarse fue la que contó lo sucedido, llamado a la mujer "La Inexpresiva". La enfermera Mary Ann Lewis murió en 1978, seis años después de lo sucedido en su casa, encontrándola con el cuello triturado y salpicado de sangre por toda su casa, dejando un camino rojo por cada rincón