Capítulo 5

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11:20.

-A ver, a ver, organización -lideró Olli como siempre- ¿cojeemos cócteles individuales? ¿o preferís compartir?

Entre susurros y murmullos, se decantaron por coger los individuales, como siempre, vamos. Yo me mantenía al margen, como nunca bebía...

-No jodas Ally... Con 18 años y ¿ni un sorbo de alcohol? Ésto no puede ser sano... Anda tomate algo tía. - dijo Sarah que ya andaba con alguien haciendo miraditas.

-Que va, que va... Ni pensarlo. Está asqueroso. -refunfuñé.

-Vaya tía más sosa... Luego no te quejes de que no te lo pasas bien. - atacó Maya.

Dejadme en paz, pensé.

-¿Ah sí? - dije afectada de los comentarios de mis amigas - Ponme un cóctel de Vodka con Fanta de limón, gracias.

Todas pusieron los ojos en blanco, y por una vez creí que estaba haciendo bien. Si tan aburrida les parecía, iba a hacer que cambiaran de opinión. Iba a ser mi noche indudablemente.

Nos sentamos en la mesa del fondo, al lado de un grupo de muchísimos tíos. Dejé de un lado a Allysa "la buena", y empecé a ser "la divertida". Total, por una vez. ¿Que era lo peor que me podía pasar? Ese rato se resumió en risas, locuras y muchas tonterías. Cada una con su bebida, con su locura, con su cara, su borrachera y su manera de actuar. A Kya, por ejemplo, le subía muy rápido el alcohol. Más de una ocasión tuvimos que decirle que bajara el tono de voz y se empezara a tranquilizar, porque sino no entraría a la discoteca. Tara, para variar, estaba en la mesa de los chicos, tonteando con unos y con otros.

Trago. Asqueroso.

Maya y Sarah no paraban de grabarse cantando la música del ambiente y hacerse fotos con caretos. Además estaban hablando con un par de chicos de la barra.

Otro trago. Qué asco.

Olivia y yo, nos dirigimos al baño, con intención de ver que tal estábamos. La verdad, es que, no me encontraba mal, ni nada, lo único que estaba era contentilla. Por primera vez me lo estaba pasando bien en una fiesta.

-Corre Ally, ven aquí. -me dijo Olli disimuladamente mientras me cogía de la mano.

De repente sacó más de una cajita. Las típicas de pastillas. Pero no era eso exactamente, eran drogas. Sí, drogas.

-Mira tía... Si me pillan con esto, las dos acabamos donde no nombraré. ¡¡¡Pero esqueeee es la putaa ostiaaa!!! - le estaba empezando a afectar el alcohol.

-Dame un par -dije sin apenas pensarlo.

Nos tomamos una cada una y salimos del baño, como si no hubiera pasado nada. La otra me la guardé, por si acaso, nunca se sabe.

Trago. Alucinación. Otro trago. Más alcohol. Más y más alcohol. Más risas. Más diversión. Era un no parar.

-Vamoosssss chichicass pararaa la discoteca?????!! -gritaba Tara sin apenas poder hablar.

-Siiiiiiiii yuhuuuuuuuu - saltaba y brincaba Maya.

12:00. Allí estábamos. Después de una larga pero amena cola, habíamos conseguido entrar, disimulando y dejando de lado nuestro mal estado. Lo que llevábamos encima no era algo normal. Habíamos hecho más que algún amigo y hablamos con tías a raudales. También nos fumamos algún que otro pitillo de tabaco y manejaron Cocaína y Marihuana a escondidas. Dentro, el ambiente era el habitual. Música bien alta y muchísima gente. Solo que esta vez no iba a estar en las escaleras para observarlo todo, sino que también iba a participar en la tertulia.

Me perdí en instantes del grupito, y las dejé de lado en apenas un abrir y cerrar de ojos. Estaba sola entre esa multitud, y como localizar con mis amigas iba a ser prácticamente imposible, empecé a buscar recursos. Me junté con un grupo de chicas, las cuales se presentaron amablemente. Había una en particular, que parecía ir peor que todas. La verdad, es que me estaba empezando a asustar. Que nadie me pregunte por los nombres, porqué no me acuerdo por más que lo intente. Luego, apareció un chico, con tres acompañantes más que me dieron muy mala espina. No sé si sus intenciones eran buenas o no, la cuestión es que no me fié. Me estaba empezando a encontrar bastante mal. Me dirigí al baño, donde allí me parecía haber encontrado a Sarah, que estaba haciendo cola para entrar en él. La saludé con las fuerzas que tenía, me estaba empezando a sentir débil. Pero no era ella. La tía se me sacó de encima y me apartó con un empujón. Decidí sentarme en la esquina del baño, esperando para recuperar fuerzas.

De repente, una chica desconocida, muy morena y de pelo largo sacó la cabeza en una de las cabinas del baño y me llamó.

-Bua, tía necesito tu ayuda... No tendrás un tampón por casualidad, ¿no? - me dijo bastante desesperada.

-Sí, toma, tengo un par. Quedatelos porque no los necesitaré. - le asentí mientras sacaba los Tampax Pearl de mi bolso.

Mientras le acercaba la mano para dárselos, me empujó para dentro con ella. De repente cerró la puerta con el pestillo y me miró desafiándome. Me empecé a asustar, pero apenas tenía energía para eso. Sacó del bolso una banda de cinta adhesiva y en apenas segundos me la pegó en la boca, haciendo que no pudiera ni hablar ni gritar.

-Lo siento, cariño, aquí no se puede gemir en voz alta. -me susurró en el oído.

La chica se desató la cremallera de la falda y se empezó a desnudar en cuestión de segundos. Estaba un poco incomoda y asustada, pues nunca había hecho nada con nadie. Si lo que quería era excitarme, lo estaba empezando a hacer. Delante de mis ojos la tuve con un conjunto de ropa interior de encaje granate. No sentía atracción, pero esa tía estaba realmente buena. De repente, me señaló y me ordenó a sacarme la ropa, exactamente como lo había hecho ella. Puse los ojos en blanco y asentí su mandato. En seguida, la morena, se me lanzó al cuello. Me besaba con delicadez pero a la vez mordía. Era una sensación bastante extraña, pero empecé a notar mis bragas mojadas en apenas suspiros. Su boca bajó de mi cuello hasta mi pecho. Me desabrochó el sujetador, dejando al aire mis grandes (para mi gusto) tetas. Me besó absolutamente todo y luego recurrió a chupetear mis pezones, mientras sujetaba el otro pellizcandolo. Era una mezcla de dolor y placer. Sentí ganas de gritar, pero no tenía ni energía, ni voz, así que tuve que ahorrármelo. En cuestión de pocos minutos me empezó a tocar y introducir sus dedos de uñas largas al interior de mi coño. Ésta sí que era una sensación extraña y diferente, aunque no me decepcionó. De seguida introduzco su lengua también. Era máximo placer.

-¿Qué te parece, cielo? - me dijo mientras me miraba desde abajo.

Opté por cerrar los ojos para que se lo tomará como un: No se que coño hago aquí pero me está gustando.

En cuanto los abrí, me la encontré sentada en la tapa del váter. Mi cabeza daba vueltas y apenas podía ver. Me invitó a sentarme encima de ella mientras se bajaba las bragas. Gimoteamos, brincamos, botamos y acabamos unidas por un orgasmo eterno.

La chica al fin me sacó la cinta adhesiva y me dio un par de besos con lengua. Me pilló desprevenida, pues nunca había besado a nadie. Nos vestimos rápidamente y salimos de esa claustrofóbica cabina.

Ella desapareció en apenas minutos, sin decirme nada. Que imbécil. Allí fue cuando me encontré con Maya.

-Büùaaah, Allyson, Allyster, Allyna, Allysa, Allysa, Allysa. - dijo con complicaciones - Te estábamos buscando, hemos encontrado un montón de tíos, a ver si te pillas a alguno, ¿qué hacías?

-¿Yooo? Nada, nada, solo he venido aquí porque me he encontrado a una amiga y necesitaba tampones. - le mentí aun recuperando el aliento del anterior suceso.

Me llevó de la mano, conduciéndome hasta las demás. No sabía mucho más que, me llamaba Allysa, que tenía 18 años, que quería beber, fumar y drogarme, que acababa de follar con una tía que no pienso volver a ver jamás y que mi cabeza estaba apunto de estallar.


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⏰ Última actualización: Oct 27, 2016 ⏰

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