Capítulo 2.

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Hace una semana recibí la noticia de que iría a Stanford, hace tres días me llegó una carta con la fecha y hora que querían que llegue y hoy viajaré. Mi habitación quedó completamente vacía, todo está guardado y los muebles bueno ellos están fuera de lo guardado.

- No quiero que te vallas- sollozo Riley.

Mi pequeña niña, ella me necesita, necesita a una mujer como guía, una mujer que la entienda, los hombres no pueden ocupar bien el rol de madre y creo que Riley me tomaba como su madre.

- Si me voy todo será mejor en el futuro- la abracé.

- ¿ Quién jugará conmigo a las princesas?- movió su vestido.

Es tan linda, es muy parecida a mi madre, esos ojos verdes y rulos en su cabellera... La extraño mucho.

- Ya encontrarás a alguien - sonríe.

- Pero nadie es tan buena princesa como tú - tomo mi mano.

-Princesas es hora- dijo mi padre.

Suspire y me paré, mi vida cambiaría a partir de ahora. Ya no seré la misma, estoy creciendo.
Tome de la mano a Riley y comenzamos a caminar hacia el auto, tendríamos una hora de viaje.

***

Mi madre estaría muy orgullosa de mi y mis esfuerzos, ella siempre me decía que mi única obligación era estudiar y hacer la tarea, y por ella logré entrar a esta Universidad.

- Vuelo hacia California por favor embarcar-

Abracé a mi padre.

- Sam ten cuidado por favor, saca buenas notas, hazlo por tu madre- beso mi mejilla.

- Te extrañare - dijo Riley.

- Yo también, te amo- besé su cabeza.

Sam Williams Donde viven las historias. Descúbrelo ahora