Capítulo. 9

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21 de Junio del 2014.

Talia, ¿cuánto tiempo? Me alegra poder escucharte. -pronuncio cada palabra con gran esfuerzo.

Hay, pequeño te extraño mucho. Hace tanto que ni el ingrato de mi hijo y tú vienen a ver a estos viejos. -bromea, me alivia el escucharla. Talia siempre me recuerda a ella, es tan bella y gentil como mi madre la quiero mucho, odiaría algún día decepcionarla. Aunque, creo que ya lo he hecho. —¿Y qué te he dicho?

Perdón de verdad, pero últimamente estamos con muchas cosas encima y es complicado. Además, el poco tiempo que tenemos libre tratamos de salir un poco juntos, es como complicado, ya me entiendes Mamá.... -sí, asi me a forzado a decirle. No es que me moleste realmente. Pero, si me duele estar mintiendo por el. —Pero, ten por seguro que nos veremos.

Más te vale pequeño diablillo, aunque sea uno de ustedes tiene que venir a vernos y más a mi. -la escuchó reír, me encanta esa risa. Se nota que nuestros mundos están muy alejados. 

Claro que si, ya Mamá no te esponjes. -vuelve a reír, eso me pone muy feliz. —Ahora, si recuerdas el cambio de horario, quiero irme a dormir. -la escuchó hacer un motín por mi atrevimiento. Pero, aún así manda muchos besos y abrazos para ambos y por fin cuelga. Espero vuelvas a llamar.

Pena, penas y pesares.
¿Cuál corresponde a mi desastre?

Sin siquiera sorprenderme veo como el móvil es arrebatado de entre mis manos. No levantó la mirada. Sólo me acomodo en mi lado, lo posiblemente bien alejado de él.

—Que mujer más fastidiosa... -enfatiza con cansancio. Yo solo, nada.

Te remueves en la cama, siento que te acercas hasta mi, tomando con cuidado mi cintura me atraes hasta tu cuerpo.

—Asi, me gusta más.  -dejas escapar tu aliento cerca mi cuello. Aprieto mis ojos con fuerza. Se que no aras nada más, pero aún así el temor no se va de mi interior. —¿Qué ocurre, desde cuando soy yo quien pronuncia más palabras juntas que tú amor? -sueltas una risita, pero no le encuentro la gracia, sino la más gran ironía de todas.

—¿Qué es lo que quieres que diga? -suelto, mi valor en ocasiones es muy tonto. —Ya has dicho todo, además no puedo decir nada en contra de tu madre, es una de las únicas personas con la que me has permitido hablar Derek. -y sigo hundiéndome. —Por lo menos deberías dar gracias, por no decirle la verdad. -con esta tonta valentía me giro y veo cómo tú entrecejo esta fruncido. Te molestan mis palabras, eso dice muchas cosas.

—No serias capas de hablar. -sonríes, y noto que no estas muy convencido. —Además, ahí quienes saldrían mucho mas perjudicados. -susurra, ganando mi atención por completo y llevando al abismo mi tonto alarido de valentía.

Agonía, agonizar, agonizó.  
Tres conjugaciones...
¿En cual estaré realmente yo?

—¿No seguirás debatiendo? -intento entender lo que estás pensando, pero nada, no puedo saber que es lo que piensas realmente no se que hacer, nose como descifrar esa cerradura que me dejara libre de esta jaula. Siento mis ojos arder, no puedo creer que llore tan fácilmente, pero siento dolor al verte, es tan fuerte que no lo soportó y lamentó cada segundo al no poder saber cómo recuperarte.

—Quiero dormir. -sonríes y me justas a tu cuerpo, donde me siento tan poca cosa, débil y prisionero.

—Buenas noches mi pequeño. -asiento y trato aunque sea por este medio escapar de todo. Yendo a los brazos de Morfeo, el dios de los sueño, creo que es el único lugar que me queda para escapar.


22 de Junio del 2014.

Caminó con gran sigilo hasta lo que es la cocina. Sin pensarlo me encaminó hasta donde está tu saco tendido sobre uno de los banquillos de la gran isla en la cocina. Escuchó como el agua corre, indicándome que estás tomando una ducha. Son más de las 8 am, tienes que irte pronto y por ello, aprovecharé antes.
Tomo el manojo de llaves que tienes escondido en el saco, tomó las que siempre veo que colocas en la puerta y de las cuales ni una copia me permites tener.

Pena, penas, pesares...
Agonía, agonizar o agonizó.
¿Qué está mal, qué está bien¿
¿Querer cambiarlo, será lo correcto?

Me siento nervioso, el corazón late como si estuviera corriendo una maratón completa. Mi cuerpo tiembla, sigo escuchado el agua correr, aún tengo tiempo. ¿Pero, cuánto?

—Vamos, Stiles... tu puedes. -trato de repetirme, así logró tranquilizarme. —Se valiente. - y por fin escuchó el clic de la puerta, pero... de repente siento como un par de brazos me envuelven y tiran hacia atrás.

—¿Ibas algún lado? -mi cuerpo comienza a temblar, todo se viene abajo, nose qué decir no quiero responder. Al no decir nada me suelta y tomas nuevamente aquellas llaves... abres la puerta de par en par, pero hay un par de rejas que impiden el paso. Aunque, algo me desconcierta.

—Aunque puedas salir, hasta aquí será amor. -nota la condición de mis llorosos ojos. —Ves esta pequeña placa aqui, bien tienes que ingresar el código correspondiente que es la alarma de la casa, sin eso no se abre como no se cierra completamente la casa.  ¿Entiendes lo que quiero decir, Stiles? -tu tono de voz es ronco, tosco, más que molesto... odio esta sensación. Qué no puedo apartarte de mi... sin hacer tonterías asiento. Tú solo frunces el ceño y vuelves a cerrar mi única escapatoria. Pasas por mi lado sin decir nada más y desapareces por la gran escalera hacia nuestra habitacion.

¿Cómo podía ser que esto sea real?
¿Cómo podía ser que llegarás tan rápido?
¿Qué clase de ser eres para saber cada uno de mis movimientos?
¿Qué había hecho para merecer esto?

Las penas son de uno, al igual que la lenta agonía del saber que no tienes tu libertad entre tus manos.
La agonía y las penas son nuestras, y mis únicas compañía. 

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Y he me aquí... con el noveno capítulo, wouwwww... esto avanza lento pero avanza. XD bien no tengo que comentar.

Espero les agrade...

VOTEN Y COMENTEN.

los leo cuando me lean. *-*/ chaito...

"No, ya no eres el mismo". (Sterek). [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora