Capítulo. 13

2.8K 267 8
                                    

Y allí me encontraba entre la espada y la pared, entre el inicio de un ataque de pánico a una marea de llantos provenientes de lo más profundo de mi lastimado corazón.

"—¿Me dejarías hacerte el amor?"

Aquellas palabras taladraban mi mente; con millones de dudas e incógnitas imposibles de resolver.

Desliza sus manos por mis mejillas, le oigo susurrar, pero no entiendo qué quiere decir. Miro aquellos ojos esmeraldas que brillan con gran intensidad, ante eso mi cuerpo se estremece, pero aun sigo sintiendo esa extraña sensación; llena de dolor y culpa.

—De... rek... -hablo con un leve temblor en mi voz, no quiero que te molestes, pero en realidad no puedo...

—¿Mmm? -dices en señal de "sí", mientras acaricias mis orejas, las yemas de tus dedos están siendo muy suaves, tus manos se deslizan a un compás tranquilo y lleno de cariño.

Cuando sientes ese valor, pero no sabes qué decir...

El solo pensar y llegar a conclusiones injustas, es lamentable.


—Yo, realmente. -tiemblo, dudo. —No, no puedo hacerlo. -finalizó, dejando mostrar mis orbes cargadas de aquel salado líquido. Noto como te alejas de a poco, miró en dirección al suelo, notando en el camino como tus manos se forman en un fuerte puño de seguro aguantando para no hacer las mismas hazañas de siempre o por lo menos es lo que quiero creer.

—Entiendo, está bien. -carraspea, aclarando su garganta, para luego sonreír levemente. —Bueno, me iré a dormir, no te quedes tanto tiempo despierto. -dictaminas, con bastante molestia, te conozco lo noto en tu voz.

—Si. -solo soy capaz de responder. Espero que esto no se vuelva una molestia por nuestro bien.

Lamentable vida, llevamos a cuestas.

Al llegar a nuestra habitación, notó como ya estás recostado en tu lugar de la cama. Sin hacer ruidos bruscos, busco mi piyama y me cambio, ya listo me recuesto a tu lado, viendo ante mí tu inmensa espalda, que deja a relucir tus trabajados músculos.

Mi cuerpo tiembla un poco y el miedo de que cambies de opinión me invade. Ubiera sido mejor que me quedara un poco más en la sala.

Aunque, apenas unas horas atrás te estaba besando y abrazando, delante las miradas de nuestros amigos, intentaba reprimir los tristes recuerdos que vuelven en estos momentos a mi.

—No te are nada. -veo como te giras y me miras con tu típica mueca, estiras tu mano hasta mi mejilla. —¿Me tienes miedo? -preguntas cohibido, mientras intento por todos los cielos romper el encuentro de nuestras miradas y la casta oscuridad de nuestros sentimientos aún estancados por malos accionares.

—Derek, yo realmente quisiera, pero... -me intento alejar de tu mirada y manos, pero sin poder dejarme paso a reaccionar notó como en un simple movimiento quedó bajo tu cuerpo, tus intensos ojos mirándome como si fuera lo más precioso del mundo. Y con esa mirada tan lastimera, llena de arrepentimiento como enfado. No sé que creer de todo esto.

—Stiles... -susurras, acariciando mis labios. Una extraña sensación de vacío se forma en mi pecho. Duele...

Nose que decir, tengo un mal presentimiento. No quiero, pero si me niego otra vez... Tú... yo... mientras continuó mi lucha interna, siento como mis labios son presionados con delicadeza.

"No, ya no eres el mismo". (Sterek). [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora