Ahí quedé flotando en el mundo,
flotando por donde la brisa me empujó,
a la deriva de una existencia solitaria y pasiva,
hablé pausadamente con mis delirios,
danzando en armonía con la vida
me moví y me muevo al ritmo de mis suspiros,
encaro mis vivencias como vienen y suelto mis cabellos
para que jugueteen con la música que me acompaña,
sones melancólicos se siguen escuchando en el fondo,
ritmos que me hacen andar tranquila
y sentir la conexión con todo,
una soy y acompañada voy porque Dios es uno y es todos,
agradezco desde el interior de mi cosmos
las huellas que se han ido marcando en mi alma,
adentro suena y retumba su voz, la escucho, me escucho.