A ver, ¿Cómo no voy a recordarlo? si el fue el gran amor de mi vida.
Todavía escucho su risa en los muros de este lugar polvoriento y destruido al que me obligan a llamar hogar
Aún siento en las mañanas el aroma a café que tanto lo caracterizaba.
Recuerdo cada una de sus manías y que decía que a las 5:00 AM era la mejor hora para tomar café.
En mi mente aún se encuentra tallada su imagen.
Lo recuerdo en aquel mueble de madera en el que acostumbraba a sentarse mientras miraba por la ventana con una taza de espeso café negro en su mano derecha, y en la otra un cigarro, el cual calaba con la misma pasión con la que escribía.
Como me gustaba verlo así, perdido en él mismo, tomando largos sorbos de café... Y al terminar me envolvía entre sus brazos y me daba besos con sabor a café, tabaco y amor.
No voy a exagerar al decir que esa era mi definición de paraíso, verlo ahí, y saber que esos ojos color marrón, tristes y decorados con unas largas pestañas que hacían que cualquiera quisiera dormir en ellas me pertenecían, junto con sus bellas imperfecciones.
¿Cómo no voy a recordarlo? Sí el era mi paraíso.
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Él solía llamarme Gardenia.
RomanceEsta es una pequeña historia, narrada por Victoria, una mujer que alguna vez amó con locura, hasta perder la cordura. Recuerda con nostalgia cuanto amaba a su hombre perfecto, y como tras perderle algo en ella se quebró, hasta llevarla al borde de u...