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Hoseok escuchó una melodía hacerse más clara a medida que tomaba consciencia. Tenía la típica, y ya muy conocida, mala sensación que siempre sentía al despertar. Talló bruscamente sus ojos y se sobresaltó al ver la hora que la alarma a su lado marcaba, 5:30 a.m... Primero hubiese pensado en que el casi inaudible tarareo que había parado cuando abrió los ojos, pero se desesperó por salir de su cama en busca de las pastillas debido a las intensas puntadas de dolor que empezaba a sentir en la frente. En su apuro por casi lograr levantarse un empujón en su pecho, le hizo caer nuevamente a su cama sobre las almohadas, Taehyung a su lado había sido completamente ignorado. El castaño abrió ampliamente sus ojos algo nervioso.

—Taehyung, ¿qué haces aquí? —Hoseok podía apostarlo todo a que sentía que el corazón se le saldría por la boca con tal asalto de asombro.

—Toma. —El rubio lo ignoró, pasándole una pastilla y un vaso de agua.

El color se fue del rostro de Hoseok que se quedó estático viendo a Taehyung. Este lo entendió, podía notar el miedo colándose en cada poro de su piel pero ya había planeado que decirle para que no perdiera la cabeza en ese mismo instante.

—Creo que lo que tienes es una alergia, ¿cierto?, no te preocupes... yo también tengo una, alergia al maní. —Admitió y sonrió, Hoseok pareció aliviado nuevamente y empezó a reír.

El castaño suspiró internamente, menos mal... el rubio no sabía para qué eran esas pastillas, qué tonto era por pensar en una posibilidad. No tenía porqué temer, no era como si Taehyung supiese para qué enfermedad se utilizaban ni nada como eso.

Pero era una pena, porque para su mayor temor y aun sin saberlo, Taehyung realmente sabía de ellas. Sabía más de lo que decía, decía menos de lo que sabía. No se arriesgaría a confesarle sobre ello, esperaría pacientemente a medida que Hoseok fuese mejorando; porque tenía confianza, tenía esperanza, algo que el castaño le transmitía, de que su Hyung acabaría con tal Ansiedad y cuando fuese capaz de admitir sobre lo que padecía, entonces estaría seguro de admitirle también, que todo el tiempo lo supo, le daría sus razones y sus porqués, intentaría ponerle respuestas a todas sus preguntas.

—Oh, claro, sí... es que, se me pasó. —Dijo torpemente mientras le quitaba la pastilla y el vaso de las manos, y seguidamente ingería el medicamento sin dejar de sentir la mirada del rubio encima—. Siento demasiado esto, en verdad, me siento apenado por la situación. Lo siento, prometo pagártelo Taehyung —Admitió Hoseok.

—No te preocupes Hyung, realmente no es nada. Sé cuan molesto es tener una alergia. —Con despreocupación, Taehyung negó.

No sabía por qué realmente, y deseaba hacerlo, pero sentía como si indirectamente el rubio hablase de su Ansiedad, pero claro, qué cosas tan estúpidas pensaba Jung Hoseok. Creía que aquellos sucesos le estaban haciendo giros en la cabeza, realmente se hacía ideas locas, su mente era un revoltijo de pensamientos sin sentidos y ridículos. Suspiró intentando ponerse en blanco y dirigir toda atención sobre el chico que se tiraba a la cama, a su lado, y miraba atentamente el techo haciendo muecas. Dio un rápido vistazo a eso... oh vaya, era esa pintura. Había olvidado que su madre se lo había hecho cuando era niño, cuando ella le dijo que la noche no debía asustarlo porque también tenía cosas bonitas. Constelaciones y estrellas esparcidas sobre un azul apagado, era lo que solía apreciar, cada vez que no podía dormir y en la oscuridad, la luz de la luna le daba un contraste particular. Volvió a mirar al chico rubio que extendió su brazo, guiando a su dedo en el aire para trazar tales puntos. Taehyung fue bajando el brazo, siguiendo al dibujo que empezaba a perderse a un lado de la pared, pero su dedo se detuvo en el brazo de Hoseok que lo observo atento, inconscientemente acercó su dedo a su mejilla y trazó unas líneas imaginarias.

"Esta constelación es la que te falta, es la que necesitas ver; el del Águila. Porque tú puedes serlo, eres capaz de serlo. Debes ser el Águila que ataque al Cisne quien es la Ansiedad.", pensó Taehyung pero no lo dijo.

—De niño me gustaban las constelaciones. —Dijo con una sonrisa el rubio, mientras alejaba su dedo del rostro del castaño y levantaba su cuerpo de la cama.

— ¿Las conoces todas?

—Así es.

—Eso es genial. —Hoseok se levantó también. Taehyung asintió.

—Sí que lo es, ¿verdad?, si quieres algún día te contaré sobre ellas.

—Claro.

—Pues bien, debo ir a mi casa. Siento haberme quedado aquí pero no podía dejarte solo porque no sé dónde estaban tus llaves.

—No, yo lo siento. Gracias por esto Taehyung-ah realmente estoy en deuda contigo, puedes pedirme lo que quieras, si está a mi alcance. —Ambos rieron—. Pero en serio, ¿no se enojarán tus padres?

—No, vivo con mi hermano mayor no debes preocuparte por eso.

—Oh, está bien. Igual, nos vemos en el Instituto, si quieres yo invito el almuerzo.

—Está bien Hoseok Hyung. —El castaño sonrió y acompañó al rubio hasta afuera para despedirse—. Oh y no olvides tomar el desayuno que te dejó tu madre. —Le recordó con ánimo. Hoseok recordó las notas de su madre, antes de contestar a su Dongsaeng este se despidió, desapareciendo rápidamente de su vista.

Suspiró, debía estar tranquilo, esa nota no decía nada sobre su caso ¿no es así?

Esa mañana, Hoseok por primera vez, comió y disfrutó gustosamente de un desayuno que anteriormente hubiese dejado pasar, por preocupaciones y hambre reprimida por mil y un pensamientos por segundo. Esa mañana, Hoseok sintió que algo nuevo empezaba a cambiar, no solo en su interior sino en el exterior, en todo, en todos o sería solo él, pero había algo distinto que lo estaba incitando a hacer lo que no podía por el miedo que día a día se intensificaba recorriendo sus venas. Sentía intensas ganas por intentar, intentar cosas nuevas y no para, pero sobretodo motivación, para luchar... luchar contra su Ansiedad y no acabar hasta que desapareciera.

Dejó el plato en el lavavajillas y con unas enormes ganas que nunca antes le habían nacido, corrió escaleras arriba para prepararse e ir al Instituto, y no era que las clases le llamaban sino que alguien y ese alguien era Taehyung, Taehyung era quien lo llamaba para verlo muchas veces más a platicar sobre cada tema podido y habido por haber.

Ese rubio había encendido una chispa de pequeña curiosidad en su interior, ni sus amigos podían darle tal sentimiento de emoción por verlos al día siguiente ni nada igual, ¿qué estaba sucediendo con él? No sabía, pero rayos, se sentía malditamente genial. Muy genial, no tener nada más en mente que un nombre en especial.


❝Anxiety❞ ×V-Hope×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora