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El timbre sonó, deteniendo ese momento de ensoñación.

—Todos tenemos clases ahora. —Avisó Jimin con fastidio. Infló sus cachetes y sacudió el posible polvo que hubiese podido quedar en sus pantalones al estar sentado en el piso.

—Es verdad, te odio Hyung. —Admitió Jungkook, estirando sus brazos fuertemente luego de levantarse también del piso. No había durado ni cinco minutos en aquella posición, ya que era extremadamente enérgico e inquieto.

A Taehyung le llegaba a ser algo exasperante, ¿cómo alguien podía estar tan animado un día lunes? "extraño" pensó, pero negó, Jungkook no le caía mal de todas formas pero debía ser cuidadoso, porque la atención del pelinegro era buena y eso podía significar ser descubierto si no tenía cuidado la próxima vez, si es que volviese a pasar, cosa que no deseaba, mucho había tenido ya.

Hoseok era el único de los cuatro que aquel día no tenía más clases, para un poco de suerte de su lado. Estaba agradecido por ello, ya que se sentía al borde de explotar si permanecía un minuto más, intentando decir que se encontraba genial.

—Nos vemos luego Hoseok. —Se despidió Seokjin, seguido por los otros dos y se fueron, dejando al castaño solo. O eso pensaba hasta que sintió la presencia de nadie más que Kim Taehyung.

—Lo siento. —Se excusó el rubio mientras finalmente lograba articular una palabra. Hoseok había olvidado el vuelo—. Ya me iba, pero se me resbaló de las manos. —Se excusó, acercándose en un rápido movimiento para agarrar la botella de jugo frutal.

Obviamente, lo había hecho a propósito para intervenir. Cuando notó que captó la atención del mayor, se sintió satisfecho. Había logrado distraerlo.

— ¿Has escuchado todo? —Preguntó con inseguridad. Taehyung lo pensó y asintió, manteniéndose de cuclillas frente suyo.

—Lo siento, es que yo almorzaba aquí, no fue mi intención escucharlos. Ya me iba... —Dijo, intentando volver a incorporarse lo que fue impedido por el castaño.

—Espera. —Hoseok con leves jadeos, lo detuvo. Había agarrado la muñeca del rubio antes de que pudiese levantarse e irse.

— ¿Estás bien? —Preguntó intencionalmente Taehyung.

Claramente no lo estaba, pero no le diría que era obvio, o si no eso le causaría una preocupación por no saber si sus amigos lo habían notado. Sabía manejar en parte la situación, sabía muy bien que lo que estaba padeciendo podría ser un Ataque de Pánico o Ansiedad. Pero no le preguntaría ni le diría sobre sus suposiciones, no ahora, actuaría como si no se hubiese enterado de nada. Además, no es como si sus ideas fueran correctas por completo.

—No. —Hoseok se sintió presionado a admitir que no lo estaba. No lo estaba, claro que no. Es más, estaba ya algo desesperado, que no le importó en lo más mínimo retener a aquel chico a su lado por si algo le pasase.

—Está bien. —Dijo suavemente Taehyung y pasó una mano por el cabello del castaño que detuvo instantáneamente el temblor de su cuerpo cuando sintió la caricia. Miró los ojos del rubio que estaban detrás de unos lentes redondos, la sonrisa que le mostró le contagió y las comisuras de sus labios se levantaron un poco, Taehyung se sintió más aliviado.

—Mis padres hacían eso cuando era pequeño... —Susurró, más calmado.

— ¿Te sientes mejor? —Preguntó Taehyung mientras subía y bajaba su mano por la espalda del mayor. Este asintió agradecido—. Bebe un poco, te hará mejor. —Le sugirió, apoyando la botellita en la mejilla del castaño, que se alejó cuando sintió el frío en su piel. Taehyung empezó a reír por ello y sólo dejó el jugo en las manos de su Hyung—. Lo siento.—Se disculpó, secando suavemente las gotitas de agua que habían quedado en el rostro perplejo que lo observaba, con la manga de su abrigo. El mayor se quedó estático, atento a cada uno de los movimientos del rubio—. Vamos, no la he abierto. —Insistió animado luego de acabar. Hoseok asintió, haciendo lo que el menor le había dicho. Se había quedado como un bobo, embelesado por las expresiones que ponía el rubio. La presencia de Taehyung le había roto cualquier hilo de preocupación.

—Gracias. —Admitió el mayor.

—No es nada Hyung. —Dijo sin que la sonrisa abandonara su rostro—. Pero deberías cuidarte. —Le sugirió sin presión, mientras le abotonaba la camisa y ajustaba la corbata en su lugar—. No deberías venir tanto aquí, hace frío al atardecer.

—Este lugar es bonito. —Afirmó Hoseok asintiendo—. Gracias por ayudarme. Pero, por favor, no le digas a mis amigos que me ha pasado esto, ¿sí? —Taehyung no quería que se alterase así que asintió.

—Claro, no les diré.

— ¿Cómo puedo confiar en tus palabras? —Con inseguridad Hoseok se posicionó a su altura, tambaleando un poco.

—No me incumbe intervenir en tus amistades y no es como si tuviese tiempo para ir a decirles. —Le aseguró Taehyung agarrando el brazo del mayor—. Ten cuidado, podemos ir a la enfermería si aún no estás bien.

—Está bien, no necesito ir a la enfermería, debo ir a casa. —Dijo rápidamente. Desviando su mirada. Necesitaba tomarse las pastillas recetadas.

—No estás muy estable, vamos. Puedo llevarte. —Insistió el menor, Hoseok asintió rendido, empezaba a sentirse algo débil. El día había sido bastante agitado.

Y dejar que Kim Taehyung, un chico con el que nunca cruzó más palabras que las de "buen día, adiós y gracias", lo llevase a casa no le importaba tanto en ese mismo instante. Pero, eso no significaba que confiaba plenamente en él, solo por el hecho de que lo había ayudado a detener un posible ataque de ansiedad. Iba a vigilarlo siempre, temía que en cualquier momento, hablase con sus amigos y les dijera sobre su extraña recaída. Porque si ellos se enteraran, preguntarían al respecto y se enojarían con él por no querer decir que padecía una ridícula preocupación crónica, que empezaba a devorar como las llamas, su vida social y familiar incluida.

—Gracias Taehyung. —Hoseok apreció la sonrisa del menor mientras asentía—. ¿No quieres tomar algo? —Preguntó inseguro, no sabía para qué preguntaba, seguro el chico de bonita sonrisa que ahora parecía dudar frente a sus ojos se lo negaría.

—Um, ¿no es molestia? Es decir, con gusto acepto, pero... debería dejarte descansar, has tenido un día al parecer muy estresante.

Hoseok intentó ocultar la sorpresa y seguida emoción que surgió en su interior por aquellas palabras. Nunca se había fijado tanto en Kim Taehyung, lo saludaba sí, solo por ser agradable y nada más que eso. Era muy amable con todos y pocas veces mostraba aquella sonrisa que ahora mismo le empezaba a encantar... ¿Por qué nunca consideró hablar con Taehyung? Ahora mismo estaba quedando como estúpido, sin musitar una palabra. Abrió más la puerta y empujó al chico rápidamente.

—Claro que no, me has ayudado, te lo debo... —Dijo riendo algo nervioso, Taehyung asintió y empezó a mirar alrededor con curiosidad—. ¿Qué quieres tomar?

—Lo que sea. —Aseguró.

— ¿Lo que sea? —Hoseok repitió y luego asintió—. ¿Te gustan los batidos? —Le preguntó.

—Me encantan.

Taehyung vio al castaño perderse en lo que suponía era la cocina. Se quedó quieto en su lugar pero no pudo resistir la curiosidad, natural de él, así que miró con detenimiento cada esquina de la habitación. No encontró nada que le pareciese interesante así que apoyó su codo en el reposabrazos y seguido su mejilla en la palma de su mano, bajó su cabeza intentando contar los detalles de su corbata. Pero, algo captó rápidamente su atención, sus analistas ojos podían descubrir hasta las cosas mejor ocultas. Redirigió su mirada por unos segundos a donde Hoseok debía estar preparando el batido, se arriesgó y palpó con su mano en aquel hueco donde había notado algo, agarró aquello y todas sus suposiciones fueron confirmadas.

❝Anxiety❞ ×V-Hope×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora