Prólogo

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—Uhm... —gimió Donghae débilmente para satisfacer a su novio.

Solo por y para eso...

Siwon continuó con sus embestidas lentas mientras le susurraba cosas empalagosas al oído. Hacía dos años aquello le había gustado. Era algo nuevo y dulce y Siwon era el hombre perfecto para él. Pero se habían acostado tantas veces y eran todas tan iguales que ya estaba cansado.

Apretó los ojos sin fuerza cuando Siwon se corrió dentro del condón y se deslizó de inmediato fuera de él. Le dio un beso en la mejilla que Donghae respondió con una sonrisa antes de tumbarse de lado. Un brazo lo rodeó por la cintura y su novio, ese que había tardado meses en aceptar ir a la cama para algo más que dormir, le besó dulcemente la espalda.

Hijo de puta.

¿Y él qué? No lo había tocado, no le había dejado marcas, no había golpeado su próstata para hacerlo ver las estrellas. Donghae no se había empalmado como deseaba, pero aun así estaba duro y no podía creer que Siwon no se hubiera encargado de hacerlo correrse.

Apretó los dientes y hundió la cara en la almohada mientras decidía bajar la mano lentamente. Se pellizcó los pezones. Se mordió el labio para no despertar a Siwon. Bajó y bajó hasta coger su pene y se tocó el glande con el pulgar.

Aquello era surrealista. Tener que masturbarse después de tener sexo. Era digno de burla. Seguro que Hyukjae aplaudiría mientras se partía de risa cuando le contara que, de nuevo, Siwon no lo había satisfecho como debía. Seguro que luego le restregaba en la cara lo duro que se había follado a alguien.

Tan duro como quería que se lo follaran a él. Se acarició despacio, hacia abajo y hacia arriba, notando el pene flácido contra su trasero. Lloriqueó en silencio, aumentando la velocidad de su mano. Podía echarse hacia atrás y tratar de despertarlo. Quizá bajar y chupársela para ver si despertaba. Pero Siwon lo apartaría enseguida.

¡Lo acababan de hacer, por Dios santo!

Aguantó un gemido mientras se apretaba la base, imaginando que alguien le susurraba al oído que todavía no podía terminar.

Siwon soltó un ronquido, le soltó la cintura y el colchón a su espalda de movió. Donghae lo vio tumbado boca arriba.

A la mierda, pensó y bajó de la cama. Corrió desnudo fuera de la habitación hasta el baño. Cerró la puerta con pestillo, aunque el morbo de ser descubierto lo hiciera removerse. Pero ¿quién iba a pillarlo? ¿Siwon? No vivía en un vídeo porno donde empezaba tocándose solo y de repente un misterioso hombre hacia que terminara en cuatro sobre la alfombra.

No, por desgracia.

Suspiró y se sentó en el retrete con la tapa helada mandando un escalofrío al tocar su trasero. Abrió las piernas y volvió a cerrar el puño en su erección.

Sin embargo no empezó todavía. Visualizó que se había dejado el móvil cargando a su lado y se mordió el labio mientras lo cogía. Lo desbloqueó, abrió Internet y pensó seriamente qué poner. Iba a ver porno. Él solo había visto porno una vez, cuando tenía catorce años y fue a una fiesta de pijamas en casa de Hyukjae.

Su cuerpo tembló por completo. Aquella noche Hyukjae le había metido la lengua hasta la garganta, con los dedos colados sin permiso bajo sus bóxer. Ninguno de los dos se arrepentía. Ya tenían veinticinco, eran muy amigos, trabajaban cerca y almorzaban juntos todos los días. Y el pasado había quedado en el pasado.

Hasta ese momento. Porque Donghae no pudo evitar imaginar lo que sería volver a tener la mano de Hyukjae alrededor de su miembro. Éste siempre estaba relatándole sus noches con tanto detalle que le era imposible no imaginarlo en pleno acto. No imaginarse a sí mismo en el lugar del chico o de la chica que Hyukjae debía estar, posiblemente, follándose en ese momento.

Tragó saliva, mirando el móvil. Quizá podía... no. No debía hacerlo.

Pero lo hizo. Sus dedos se movieron rápidamente sobre la pantalla táctil y antes de que pudiera arrepentirse tenía el móvil en la oreja. Un pitido y otro y el tercero lo hizo coger aire. Hyukjae no iba a contestar.

—Son las dos de la mañana, ¿sabes? Tienes suerte de que aún no haya encontrado a mi presa.

Sonrió débilmente. Podía oír la música de la discoteca atravesando el auricular y se imaginó a su mejor amigo apoyado en la barra con un vaso de vodka en la mano, al acecho de alguien a quien empotrar.

Él quería ser ese alguien.

Solo en ese momento. Pero quería. Lo necesitaba. Aunque iba a ser imposible. Por supuesto que no podía ser.

—Hyuk —el sonido grave que soltó la garganta de Hyukjae como contestación lo hizo llevar la mano a su miembro. Se mordió el labio y cerró los ojos— Tengo un... problema.

—El insípido de tu novio te ha dejado a medias otra vez, ¿verdad? —fue su turno de soltar un sonido. Fue un gemido. No se había empezado a tocar de nuevo todavía, pero lo necesitaba tanto— ¿Quieres que me cuele por la ventana y te folle?

La sola risa de Hyukjae lo calentó.

—¡No! —gritó en voz baja. Aunque su mente chillaba que sí.

—¿Y entonces?

—Nada —suspiró profundamente—. No tendría que haberte llamado, olvídalo. Hasta mañana.

Apartó el móvil y sacudió la cabeza. ¿En qué había estado pensando? Lo mejor iba a ser ver un vídeo.

—¡Hae! —oyó antes de colgar. Apretó el móvil de inmediato contra su oído— Mañana es mi día libre.

—Pues pasado mañana —dijo con desilusión.

Su erección había comenzado a bajar solo de pensar que no iba a ser ayudado y que, encima, tendría que almorzar solo.

—¿Qué te parece si le dices a tu jefe que estás enfermo y vienes a mi casa?

Su boca se abrió con sorpresa. No iba a ser la primera vez que fuera a su casa, pero, claro, Hyukjae nunca lo había invitado con ese tono de voz. Jadeó y asintió, aunque era consciente de que no lo veía.

—¿A qué? —preguntó, bajando de nuevo su mano. Volvía a estar duro.

—Puedo enseñarte la forma de hacer que Siwon quiera dejarte inválido.

—¿D-de verdad?

Cerró los ojos. Necesitaba esas clases con urgencia. Tanta como correrse de una vez.

—Pues claro, Haecito —se acarició más rápido, abriendo más las piernas. Gimió y Hyukjae ronroneó desde el otro lado. No es que no le diera vergüenza, pero estaba tan excitado que le daba igual. Además, era Hyukjae, precisamente la última persona que le echaría algo en cara— ¿Nos vemos a las diez?

—S-sí.

—Ven con poca ropa. No la vas a necesitar.

El pitido que indicaba el fin de la llamada lo hizo soltar el móvil sobre la mesa a su lado. Echó la cabeza hacia atrás, corriéndose con fuerza.

A ver si el plan funcionaba y terminaba seduciendo a Siwon tanto como decía Hyukjae.

Y si no, al menos su mejor amigo se iba a encargar de ayudarlo.

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Este fic va a ser lemon puro solo porque me apetece escribir algo así, casi sin argumento xD 

¡Espero que os guste!

¡Os quiero! <3

 

Poca ropa [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora