Capítulo IV

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Narrador omnisciente:

Mientras los reyes de antaño charlaban con su buen amigo Caspian, la reina Elyon jugaba con su pequeño en la cubierta, bajo la atenta mirada de todos los tripulantes.

 Un joven los miraba desde la lejanía, asustado por lo que estaba pasando, él no entendía porque no se encontraba en su casa,ni comprendía que era aquel lugar, no entendía porque había aparecido en aquel extraño mundo de seres fantásticos y mágicos; ese joven era Eustace, el primo de los reyes y reinas, quien no comprendía porque ese niño se parecía tanto a su primo Peter, ni porque verlo jugar le causaba ternura.

El pequeño, de nombre Ashan, se giro sobre sí mismo, agitando sus rizos de oro al cielo, y empezando a correr hacía donde se encontraba Eustace, esperando que su madre corriera detrás de él para atraparlo. La reina, por su parte, dejo al pequeño unos segundos de ventaja antes de correr tras él, con la agilidad de una elfa y la rapidez de una leona.

-Azi no ez diveltido, mami, eles demaziado lapida....-rechista el pequeño león  cuando su madre lo atrapa entre sus brazos.

-No es que yo sea rápida, mi pequeño, es que tú eres aún demasiado joven para poder correr tan rápida y ágilmente como yo.

-No ez juzto -replica el pequeño.

-Nada lo es, pequeño. Pero, te aseguro que dentro de unos años serás incluso más rápido que yo.

-¿De veldad? -pregunta él con entusiasmo.

-De verdad mi pequeño león.

La joven reina sonrío al ver como los ojos de su pequeño se iluminaron, cual estrellas de oro puro reflejando el atardecer de una noche de verano.

Por otra parte, los reyes de antaño, y tíos del pequeño, junto al principal rey regente de Narnia observaban la escena entre divertidos y enternecidos.

Elyon:

-Vamos a la cama, pequeño león -le cojo en brazos al velo bostezar y frotarse los ojitos con sus manitas.

-Zi mami...

Camino con él en brazos hasta nuestro camarote, donde se encuentran Malie y Tihara, les sonrío al entrar.

-Mami no me encuentlo bien -me susurra Ashan al oído.

-¿Qué te pasa pequeño? -le pregunto con preocupación.

Él no responde, solo se acurruca más contra mi pecho, rozando su frente contra mi piel.

-Oh mi vida tienes mucha fiebre...-susurro mirándole asustada, luego miro a Malie.

-¿Qué sucede mi reina? -pregunta ella mientras se acerca con rapidez.

-Ashan arde en fiebre -coloco al pequeño en su cama y arropo con cuidado-¿Podrías traer un poco de agua?

-Por supuesto, mi reina -veo como se dirige a la puerta mientras yo acaricio el pelo de Ashan con preocupación, pero antes de llegar se queda quieta- no debe temer, mi reina, Ashan es un niño fuerte y luchador, una fiebre no se lo quitará.

-Gracias Malie....-sonrío levemente.

Lucy:

Me acerco a Reepicheep por la espalda, al escucharle cantar.

-Agua y cielo se han de juntar y las olas dulces están, hay está, Reepicheep. Si algo buscas sin parar en el Este lo hallarás y....

-Bonita canción -le interrumpo provocando que se exalte.

-Gracias -me responde él sonriente -Una dríade me la cantó de pequeño. No entiendo el significado, pero jamás olvidaré la letra.

-¿Qué crees que hay más allá de las Islas Solitarias? -le pregunto con curiosidad.

-Dicen que lo más al Este que se puede navegar es al fin del mundo. El país de Aslan.

-¿De veras crees que existe? -le pregunto emocionada.

-Si no tenemos fe, no tenemos nada.

Dejo de sonreír y con seriedad le pregunto:

-¿Se podrá navegar hasta ahí?

-Solo hay una forma de averiguarlo. Solo espero tener el honor de verlo un día, Majestad.

Me giro a ver al mar, al sentir un movimiento, y en el agua veo a un par de sirenas, sonrío al verlas.

Elyon: La lucha por el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora