la vida de nathan 3

1 0 0
                                    

-CAPITULO 2-





Después de despedir a su amigo Roberto, los chicos acompañan a Emily y Rose a su casa. Como se esta comenzando a hacer de noche, Emily habla con ellos.


-Gracias por todo chicos, es un placer tenerlos como amigos-.


-No tienes que darnos las gracias, nosotros somos así y más cuando Roberto salvo a Nathan-.


-¿Queréis pasar la noche aquí?-.


-Vale-. Respondieron los dos a la vez.


Emily llama a un restaurante para encargarles la cena, para que se la traigan a casa y juntos poder cenar, porque a Emily no le apetecía cocinar.


-Emily, ¿Cómo estas de lo otro?-. Preguntaba Nathan.


-bueno..., intento llevarlo lo mejor posible. Mañana sin falta pediré cita para la psicóloga y que me ayude a superar todo lo que me pasó en Nueva York-.


-Muy bien, eso no está mal. Cuando necesitamos ayuda, debemos ir a una profesional a que nos ayude a superar todo esto. Nosotros dos estuvimos yendo a un psicólogo y la verdad que nos fue bien. ¿A que si cariño?-.


-Nathan tiene razón, Emily el psicólogo te ayudará mucho a superar todo esto. Y sabes que nos tienes a nosotros. Cuando quieras puedes visitarnos y nosotros también te visitaremos-.


-Muchas gracias chicos no se como agradeceros todo lo que estáis haciendo por mí, a pesar del poco tiempo que nos conocemos-.


-No hay de que amiga mía, como yo digo, por y para siempre-. Le dijo Nathan.


-¿Qué significa por y para siempre?-. Pregunto Emily.


-Es muy simple Emily, el por significa que, estaremos por ti siempre que nos necesites, lucharemos por ti, te ayudaremos, siempre estarás en nuestro corazón. Y el para siempre es, para toda la vida-.


-Que bonitas palabras Nathan-.


-Por eso me enamoré de él Emily-.


-No me digáis eso, que me vais a sacar los colores-.


En ese mismo instante suena el timbre, Emily va a ver quien es.


-¿Quién?-.


-Soy el repartidor del restaurante, vengo a traerle la cena-.


-Sube-.


Emily se queda en la puerta de su piso, esperando al repartidor. Una vez el repartidor llega al piso habla con Emily.


-Serán todo cuarenta euros-.


-Muy bien, aquí tienes. Muchas gracias-.


-Adiós-.


-Chao y que aproveche-.






Los chicos ponían la mesa para poder cenar, allí estaban los tres adultos y la jovencita Rose. A pesar de no hablar nada español, la jovencita empieza a entender poco a poco el idioma. En ese momento Emily desaparece del lugar, Natalia se percata y va en su búsqueda. Allí estaba Emily en su habitación llorando desconsoladamente por la pérdida de su marido Roberto.


-¿Qué te pasa?-. Preguntaba Natalia a su amiga.


-Que no se como voy a poder seguir con todo esto. Esto me supera-.


-Mira esto es difícil, tanto Nathan como yo perdimos a nuestras parejas y se nos hizo muy duro. Los días se volvían grises, las noches eran largas. Me las pasaba llorando sin ver más allá, sin pensar en mí-.


-¿Qué puedo hacer?-.


-lo más fácil que puedes hacer, aparte de ir a un especialista, debes distraerte, salir a caminar, escribir, escuchar música. Cosas que en tu día a día no haces, porque si repites las cosas que hacías con el, aún te acordarás más y sufrirás el doble. ¿Lo intentaras?-.


-Si, intentare hacerlo-.


-Ahora vamos a cenar, que seguro que tienes hambre, ¿verdad?-.


Las dos chicas se reúnen con Nathan y la jovencita Rose y se disponen a cenar. Emily compro comida italiana en el restaurante que ella y su marido iban a cenar eventualmente.


Lasaña, pasta, tortellini, etc... era uno de los tantos platos que había pedido. Rose disfrutaba comiéndose los tortellini, Nathan evidentemente cogió la lasaña, una de sus comidas favoritas. Emily y Natalia compartieron la pasta y los Canelones que había en la mesa. Poco rato después y una vez acabados de cenar, cada uno recogió sus platos. Emily acostó a Rose en su nueva habitación. Aún tenía que arreglarla y pintarla, dado que no le dio tiempo a hacerlo. La acostó, la arropó y le dio un beso en la frente dándole las buenas noches. Después sale del cuarto de la jovencita y va hasta donde están los chicos.


-Buenas noches chicos, mañana tengo un día muy ajetreado, tengo que apuntar a Rose al colegio y arreglar muchos más papeles-. Les comentó Emily.


-buenas noches, Emily que descanses-. Le dijo Nathan.


-Buenas noches, hasta mañana-. Se despedía Natalia.


Los jóvenes Nathan y Natalia se quedaron en el comedor, abrazándose y besándose, como si no hubiera un mañana y lo mucho que se echaron de menos cuando estaban los dos batallando con los terroristas de Nueva York.


-Te amo mi vida, jamás te dejaré ir-. Le dijo Nathan.


-Yo también cariño-.


-Recorreré cielo y tierra para encontrarte donde quiera que estés-.


-Lo se cariño, tengo que agradecerte que estés siempre ahí-.


-Nunca te dejaré, porque te amo y mi amor por ti es suficiente grande como para nunca abandonarte, porque decidí estar contigo y contigo me quedaré por el resto de mi vida, por y para siempre mi amor-.



La Vida De Nathan, Arriesga O Pierde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora