Time *Larry Stylinson*

Capítulo 1: Inocencia perdida

No sé como llegué a estar tan roto, no sé muy bien en que momento toqué fondo de esta forma… Lo que sí sabía bien era la persona que lo provocó, la persona que jodió mi vida hasta estar hecho mierda y lo odiaba con todas mis fuerzas. Me arrancó a las personas que más quería y me privo de una infancia y una adolescencia feliz, se adueñó de mi vida y la convirtió en una pesadilla.

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 Quiero dejar constancia del primer hecho que marcó mi vida para siempre, porque aunque realmente lo deseara, jamás podría olvidar… así que vamos a remontarnos en el comienzo.

 Tengo recuerdos muy vagos de cuando era un niño feliz, formas, olores, personas… mi mamá y mi hermana mayor, quizás los únicos recuerdos felices que poseo. Era un niño como cualquier otro, corría gritaba, jugaba, me ensuciaba, hacía travesuras y amaba a mi madre, la consideraba una heroína, después de todo consiguió sacarnos adelante a mi hermana Gemma y a mi cuando papá nos abandonó. Trabajaba muchas horas y casi siempre Gemma se ocupaba de mí, pero aún así, en esos tiempos nunca me faltó amor por su parte… Entonces cumplí 6 años, aquí es cuando todo se vuelve más nítido. Mamá empezó a pasar la mitad de sus días libres fuera de casa, yo le preguntaba siempre a Gemma ‘’¿Dónde está mamá?’’ ‘’¿Por qué no está con nosotros?’’ y ella solo me respondía ‘’Mamá trabaja mucho, también puede ir a divertirse’’ Yo simplemente no lo entendía ¿Por qué no podía divertirse jugando con sus dos hijos que la esperaban tan ansioso en casa? ¿Qué era más divertido eso? Pero no decía nada, porque sabía que Gemma tenía razón… Mamá trabajaba demasiado. Las cosas siguieron así unos meses y un día cualquiera mamá nos desveló el motivo de sus salidas.

 -Harry, Gemma, venid aquí… -Dejé mis juguetes y corretee por el pasillo hasta la cocina donde estaba mamá, sentada a la mesa con una taza de té entre las manos, Gemma pronto se unió y ambos nos sentamos también. Hubiera jurado que nos iba a regañar, pero su expresión estaba tranquila.

 -¿Qué ocurre mamá? – Musitó Gemma con algo de temor en su voz, yo solo miraba expectante.

-Bueno…-Comenzó- Ya sabéis que he estado saliendo más de lo debido… -Mamá comenzaba a sonrojarse y una sonrisa crecía en sus labios- He estado saliendo con alguien… Se llama George, lo conocí en el trabajo, es un hombre muy amable. No quería decíroslo por si las cosas no salían bien…pero… -Se veía radiante, pero preocupada al mismo tiempo, miré a Gemma y vi que fruncía el ceño y se tensaba junto a mi- Vendrá esta noche a cenar, quiere conoceros.

 El silencio se apoderó de la cocina por unos instantes, comencé a balancear mis piernecitas en el asiento. Mi amigo Alex ya me lo había advertido, las mamás cuando pasa mucho tiempo buscan otro papá, uno mejor, para cuidar de sus hijos… Mi amigo le llamaba ‘’Papá Postizo’’.

 -¿Entonces tendré un nuevo papá?- Fui el primero en romper ese incomodo silencio y ambas mujeres clavaron los ojos en mi, mamá sonreía, pero Gemma no.

-Es una posibilidad…

-¡Mamá! –Protestó Gemma- No puedes… No necesitamos otro papá, yo solo tengo uno y no está aquí ¡Los tres estamos bien solos!

 Mamá iba a protestar, pero Gemma abruptamente se levantó y salió de la cocina como un bólido a encerrase en su habitación.

 Después de aquello, Gemma comenzó a comportarse como una malcriada gradualmente, estaba claro que la idea de que mamá fuera feliz con George no le agradaba en absoluto y aunque solo tenia 11 años, pudo convertirse en la peor pesadilla de toda madre. Yo por el contrario no vi ningún inconveniente en tener un nuevo papá, siempre me había hecho ilusión saber como se sentiría tener uno, mi hermana mayor pudo conocer al nuestro, seguramente por eso no quería otro, ella lo quería mucho aunque nos hubiera abandonado.