Capitulo 2: Louis. Dudas, alcohol y sexo.

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2 Meses después.

Doncaster, Marzo.

La resaca por la fiesta de la noche anterior, era terrible. Ya sabía que beber un domingo me iba traer serias consecuencias, pero no me reprimí lo más mínimo, no quería hacerlo. Por primera vez en casi un año me sentía libre, sentía que podía ser yo mismo y los hechos de las últimas horas habían cambiado el rumbo de mi vida.

Quería desfasarme totalmente y lo había conseguido,  no recordaba gran parte de la noche.

El timbre del despertador me taladraba las sienes y entre gruñidos me moví para apagarlo, con la mala suerte de que lo tiré al suelo… Pero… espera un momento… ¿Despertador? Estaba seguro de que no tenía ninguno, los odiaba.

-Mierda, apaga esa maldita cosa… -Masculló una voz ronca, tomada por el sueño y alguien se movió a mi lado.

Por unos segundos quise darme la vuelta, pero el molesto timbre del reloj se convirtió en una prioridad, rápidamente lo apagué, soltando un gruñido, me llevé una mano a la cabeza, sintiendo como si esta se me fuera a caer rodando. La resaca era demasiado y encima estaba empezando a entrar en pánico, según era consciente de que estaba desnudo, que esta no era mi habitación y que claramente alguien dormía a mi lado. ‘’Joder, joder, joder’’ No recordaba absolutamente nada, nunca había hecho ese tipo de cosas, como beber hasta casi entrar en coma o acostarse con una desconocida cualquiera, borracho hasta las cejas. Él mismo se lo había buscado, puede que se sintiera libre ahora, pero no era esto lo que quería conseguir. Planeaba emborracharse y dejar la fiesta quizás un par de horas más tarde de lo debido un domingo, no despertar en una habitación desconocida dios-sabe-donde con quien-sabe-quien.

Salí de la cama con cuidado de no despertar a mi primer rollete de una noche, recogiendo mi ropa por toda la habitación y menos mal la cartera y el móvil aún seguían en la chaqueta, el alivio no duró mucho cuando vi la gran cantidad de llamadas perdidas que tenía. Maldije por lo bajo para luego vestirme con prisa, casi matándome en el intento y cuando estaba a punto de abandonar la habitación el peso de la culpa me cayó sobre los hombros como una enorme roca. Me acerqué al lecho de nuevo donde asomaba una cabellera desordenada y rubia, demasiado corta para ser de una chica y la voz de antes también era bastante masculina. No quería creer lo que era obvio y cuando descubrí la cara de mi acompañante, me quedé sin aire. Era un muchacho rubio, de tez clara, lo reconocí al instante ‘’Oh por dios, esto no me está pasando…’’ musité y supe a ciencia cierta que no tenía que haber ido a esa jodida fiesta de mierda. Abandoné la habitación tan rápido como las piernas me lo permitieron, no me encontraba nada bien, entre la resaca, la sed y el shock, me iba a desmayar.

El camino a casa se hizo bastante difícil, no conocía la maldita zona y tuve que parar a preguntar en varias ocasiones. Al final resultó que no estaba tan lejos como creía. Para cuando llegué a casa, ya todos estaban levantados, preparándose para la rutina del Lunes, sabía que iba a ser imposible colarme y pasar desapercibido si todas mis hermanas estaban fuera de la cama y tampoco tenía la cabeza como para urdir un metódico plan para que no me pillaran entrando, así que, que demonios, entré por la puerta principal, no veía a nadie por lo pronto y en absoluto silencio comencé a subir las escaleras.

-Louis William Tomlinson. –Una voz femenina pronunció cada sílaba de mi nombre completo con dureza, cosa que solo hacía cuando me esperaba un regaño de los grandes y tediosos y lo entendía perfectamente. Sin voltearme, podía imaginarla con las manos en la cintura y el ceño fruncido formando arrugas en su frente. Suspiré, definitivamente ese no era mi día.

- ¿Sabes que hora es? ¡Me pasé la noche esperándote! Te llamé cerca de 30 veces. ¿Te das cuenta de lo preocupada que estaba? ¡Es Lunes! Por el amor de dios, tus clases comienzan en 15 minutos, jovencito.

Time *Larry Stylinson*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora