Quizas sea la mejor decision.

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Quien dice que los cuentos de hadas no existen? Quien aún imagina que la felicidad es algo constante que llega a tu vida o, solo no está? Quien, por iluso que sea, divide la vida en blanco o negro, en bien o mal, es solo dos cosas que la categorizan sin saber quizás la verdad.

La vida es solo un mar de soledades, alegrías, ideas y venidas que la hacen bella, así como es. Nunca imaginaras que pasará después, nunca sabrás ese "a lo mejor" que será, que traerá en ella un "si" inmediato, o incluso varias horas, días o meses pensando aquella respuesta. Hoy me encuentro así, hoy no tengo ni puta idea que pasara.

Aún siendo aquella banda negra que Alejandro colocó en mis ojos minutos atrás, y aún caminando sin rumbo, para mí, por aquella cuidad, tan mia. Mi Algeciras, esa que me vio creer, sentir, imaginar, adivinar, llorar, maldecir, e incluso ser testigo fiel de cómo mi vida se difuminaba en cenizas por segundos, y todo a su lado. Ahora, solo transmitía miedo, o quizás un deseo oculto en todo aquel remolino.

- Donde vamos? - repito al viento, ese que ha estado guardándome y cuidándome todo el tiempo. Y como siempre, no recibo respuesta alguna. Tengo temor, ahora sí, de lo que planea, de lo que espera, de todo eso que evito y sé, que algún día tendré que afrontar.

Mis pies vuelven a moverse, esta vez entre la azúcar que siempre he sentido, mi azúcar preferida, mi azúcar blanca que cubría mi verano, nuestros veranos. Hago ademán para quitarme los zapatos, que ahora incomodan mi paso y me hacen más constante y monótonos estos, pero por fin siento su voz en mi lóbulo.

- Yo te ayudo.. - susurra entre las olas, y el aire que baila con mi pelo mojado. Siento su perfume, ese que lleva siempre, desde que le conozco, y que nunca cambia, por lo menos, cuando está conmigo. Ojalá solo fuera un perfume, y nuestros sentimientos; que sencillo fuera así.

Yo lo hago más difícil para el, lo sé, pero así me conoció, así me acepto, así nos enamoramos. Me conoce como nadie para saber cómo es mi vida en estos, bueno y en todo momento...

Sus manos acarician mi cuello con sutileza, casi sin tocarlos, logrando que me estremezca. Sabe cómo hacerlo, siempre ha sabido. Y al final, después de tanto, va quitando aquella banda tan irresistible entre ambos, de mis ojos.

Veo todo aquello que siempre fue mi vida, mi playa, mi montaña a lo lejos, mi rinconcillo; nuestro lugar.

- Y esto? - sonrío, y le miro. Sus ojos brillan más que nunca, y no sé si adorarlos o preguntar a qué se deben.

- Nuestro lugar... - deja caer entre los dos, mientras que un silencio se funde en el aire.

- Ya lo sé, digo que que hacemos aquí? Así? No me podrías traer sin más? - observo el paisaje, a pesar de conocerlo de memoria, me parece más seguro que el, que observarlo en ese momento.

- No, porque no es un momento sin más. - agarra mi mano, y sonríe al rozar mis mejillas con sus manos.

- Alejandro... - le advierto, no estoy preparada, o no se...

- No, déjame hablar, solo esta vez, ya me dirás después. - cierro los ojos, cuando besa mi frente y queda así sin más, solo el y yo.

No puedo negar que todo esto me estresa, casi logrando que pierda el ritmo de mi corazón y mi vida, como siempre que estoy con el, pero el momento es más, lo sé, le conozco y no es solo un día en nuestra playa; y a eso le tengo miedo más que nada.

- No sé si es la mejor forma, y se todo lo que crees sobre esto, pero no soporto más, después de casi 18 años, estar así, sin más, contigo, te quiero demasiado.

- Siempre hemos estado así... - bajo la mirada, y juego con la arena. Mis pies rozan el agua, y los acarician con pureza y suavidad.

- Pero nos merecemos más, yo necesito más. Ya lo sabes...

- Y también sabes lo que pienso.

- sostiene mi mentón, y me sonríe. Amo su risa, más que nada en  está vida. - Ya, pero y nosotros que?

- Hemos tenido esta conversación muchas veces.

- Pero ahora es diferente, quiero más, pero no de formalizar, de decir y hacer como si fueras mi pareja, necesito más que eso, necesito más que andar por la calle de tu mano, y amarte a ratos...necesito...te necesito siempre.

- Pero... - mis manos desprenden un susurro insoportable, y mis pies parecen no dejar de moverse.

- Escúchame. - se acerca, si es que es posible. - No quiero que sea ahora, solo quiero hacerlo, saber que en un futuro sucederá. Malú, te necesito más que nada. Nunca pensé necesitar alguien así en mi vida, ni cuando te conocí. - rie ironicamente. - quien nos Iba a decir, verdad? - asiento. - Quiero que seas completamente mía, que seamos uno, a pesar de todo. Que podamos dormir juntos, ir juntos de viajar, adorar tus lunares, y pasar horas y horas observándote dormir - me ruborizo, es tan perfecto. - Quiero... - hace un Pausa larga. - quiero que te cases conmigo.

Mi mundo se paraliza, se bloquea por completo con aquella frase, con aquellas palabras que segura estoy que marcarán mi vida. Y entonces, vuelvo a pensar en que sera después de una simple respusta. Tengo miedo a contestar, porque cualquiera de las dos, traería sus consecuencias, un antes y después, y me aterroriza saberlos. Que será de mí después que le responda?

En aquel momento fugaz de incertidumbre, de indecisión y acumulo de ideas en mi cabeza, solo puedo volver a aquel día que le conocí, que le tuve frente a mí, y solo podía observarlo y admirarlo.

Ese día.....

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2017 ⏰

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