Capítulo 2

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Luego de unas horas, ya Samantha y su familia habían llegado a Australia-Sídney, ella miraba las casas desde el Taxi que los llevaba, eran hermosas, todas eran gigantes. El auto se detuvo frente a una mansión grande y blanca. Ella se bajó y caminó hasta la cera y se paró revisando la nueva hora de Australia.

-¡Cuidado! –Grita un chico que iba en patineta, no dio tiempo de parar cuando cayó encima de Samantha-
-¡Fíjate! –Gritó molesta- ¿Qué no ves?
-Lo siento, Lo siento. -ella al mirarlo, era un chico muy hermoso-

<Chico de unos 15 o 16 años, ojos hazel, cabello castaño y labios finos, un chico muy lindo> pensó con una sonrisa boba, pero luego reaccionó.

-¡Muévete! -él se levantó e iba ayudarla, le tendió la mano- No gracias –dijo ella y le levanto, limpió el polvo de sus pantalones- Puedo yo sola.
-Disculpa, niña. –lo miró molesta- ¿Eres nueva?
-No soy una niña, me llamo Samantha Hannelius, tengo 14 años y sí, soy nueva. ¿Por qué? -lo miró curiosa-
-Mucho gusto –sonríe, ella casi tembló- James Matthew.
-sonrió un poco- Mucho gusto, ya sabes mi nombre. Samantha.
-Lindo nombre...-la madre de ella lo interrumpió-
-¡Samantha! –Grita su madre- ¡Mete tus maletas ya!
-Que dulce. -murmuró riendo ella. Lo miró algo apenada- No vemos luego...Ahh...
-James. –ríe un poco-
-Sí, James...Adiós.
-Adiós. -sonrió ella-

Entro a casa y quedó boquiabierta. Era inmensa y muy hermosa, una sala con muebles blancos y muy bonitos, un rincón vacío, varias puertas y una escalera en espiral que daban las habitaciones. Luego los padres de ella le darían vida a ese lugar. Samantha no sabía como reaccionar, estaba en estado de shock.

-Esto es...Inmenso. –dijo muy sorprendida-
-¿Te gusta? –Preguntó su padre abrazándola con mucho cariño-
-Aja...-estaba perdida, comenzó a caminar admirando cada lugar de la sala-
-Sabía que te gustaría, pequeña Sami –se acerca a ella y le da un beso en su mejilla-
-Papi. –la miró- ¿Por qué mamá está molesta? –preguntó, luego soltó un suspiro-
-Anda un poco estresada por el trabajo, luego se le pasará, ve a ver la que las habitaciones y escoge la que más te guste.

Ella asintió, su padre agarró sus maletas y subieron, vieron todas las habitaciones que habían, eran unas 5 o 6 habitaciones que había, ella escogió la más grande, su papá dejó las maletas sobre la cama y Samantha se tiró en ella. Johan rio mirandola, amaba a su hija con toda su vida.

-¿Te gustó ésta? -Su hija asintió- Bueno, ahi tienes tus maletas para que vayas a arreglar tu closet y si quieres sales un rato cuando termines, para que conozcas la residencia y luego vienes a comer. -Samantha se sentó y sonrió mirandolo-
-Está bien, papi. Te Amo. -lo abrazó-
-Yo a ti, hermosa.

Su padre salió de la habitación y Samantha volvió a acostarse, sonrió por la gran comodidad, a los minutos se levantó de su cama y fue a ordenar su closet , con su ropa. Soltó un suspiro cuando terminó y pensó en salir para conocer al lugar, su padre le había dado el permiso. Bajó y su madre estaba hablando por teléfono, ella agarró el suyo con sus audífonos y antes de salir...

-Espera, Espera, ¿A dónde vas? –preguntó su mamá-
-la miró- Voy a conocer el lugar –dijo mientras cerraba la puerta-
-¡Samantha! -Su hija volvió a entrar- ¿Con que permiso? No saldrás si no lo digo yo. -ella suspiró y se cruzó de brazos mirandola-
-¡Papá! -lo llamó. Él salió de la cocina- Cierto o falso que me dejaste salir a conocer la residencia.
-Ve hermosa, tu mamá está estresada.
-Gracias, papi. -sonrió mirandolo y miró a su madre. Le sacó la lengua y salió-

Puso un poco de música y comenzó a caminar, todas las casas eran hermosas, muy grandes y muy bonitas, pero la de Samantha era una de las más grandes del lugar, vio una que era color beige, una ventana abierta y había un chico, entrecerró la vista, era el chico con quien le había caído encima, el miro y ella siguió caminando como si nada.

-Para tener 14 años, es muy hermosa. –dijo mientras la miraba caminar, luego volvió con lo suyo-

Samantha seguía caminando y seguía admirando las casas de su residencia, miraba su IPhone, esperando alguna llamada de Lucas, sin darse cuenta chocó con alguien.

-Lo siento, tanto. –al alzar la cabeza, se encontró con otro chico, cabello negro y ojos grises e intensos-
-No te preocupes. ¿Eres nueva? –Ella asintió muy tímida- ¿Cómo te llamas?
-Samantha Hannelius.
-Lindo nombre. Yo me llamo Santiago Roosthee. –Se estrecharon las manos y sonrieron- ¿Eres de aquí?
-No. Soy de Estados Unidos.
-¡Gringa! ¡Las gringas son hermosas! –ella se coloró un poco y desvió la mirada-
-Ahh...Gracias. –Volvió a mirarlo algo incomoda. El chico sonrió-
-No estoy diciendo que eres hermosa. –Ella frunció el ceño algo ofendida-
-¿Puedo golpearte?
-Hazlo. No va a dolerme. –Ella rió y le golpeó el brazo- Retiro lo dicho. Me caes bien y sí, eres muy hermosa, estaba jugando. -Samantha volvió a reir-
-También me caes bien... ¿Santiago? –el asintió-
-¿Dónde estudiarás? –preguntó-
-Todavía no lo sé. Acabo de llegar.

Esa tarde la había pasado junto a Santiago, conociéndose, iban a ser buenos amigos. El IPhone de ella suena, ella al verlo era Lucas.

-¡Es Lucas! –gritó. Santiago la miró algo raro-
-¿Quién?
-Lucas, mi mejor amigo.
-Amigo...O novio. -la empujó apenas con una sonrisa divertida-
-Mejor amigo. –Rio, Ella volvió a mirar su IPhone y atendió la video llamada- ¡Hola!
-Hermosa, Sami. ¿Cómo estás?
-Bien, te extraño.
-Yo tambien. –Sonrió- ¿Quién es él?
-Santiago, un...conocido o algo así. –Lucas se puso celoso-
-¿Ya me remplazaste?
-No, ¿Por qué? Estaba esperando a que me llamaras, celoso.
-No estoy celoso, comenzaras a olvidarme, yo lo sé.
-Ya empezó. –miró a Santiago, él rio mirandola-
-Y estarás con otro chico y será tu nuevo mejor amigo y luego tu novio, pero entiendo. Buscaré a otra chica, aunque eso será muy, muy difícil. –Samantha soltó una carcajada- ¿Qué?
-Eso no es cierto. Apenas lo conozco. ¿Cómo que novios después? -arqueó una ceja-
-Ahh...Bueno yo...-sonrió colorado- Olvídalo, solo bromeaba.
-¿Okay? –sonrió- Estás loco.
-Lo aprendí de ti. -Samantha rio- 
-Yo no soy tan loca.
-Mentirosa, Samantha. -rio Lucas- Te llamo después. ¿Sí?
-Vale. –Le lanzó un beso- Adiós, Lucas.
-Hasta luego. -le lanzó otro beso y cerró la llamada-

Guardó su teléfono y aún con aquella sonrisa miró a Santiago.

-Te gusta.
-No. –Desvaneció su sonrisa-
-Samantha, yo conozco el sentimiento de las mujeres y puedo asegurarte que te gusta y tú a él.
-ella sonrió divertida- Bien, me ganaste.
-Nadie le gana a Santiago Roosthee. –Ella rió- ¿Por qué viniste?
-Mi mamá. –Suspiró- El trabajo de mi mamá nos obligó a venir aquí. Ella me odia.
-No digas eso. -la abrazó. Samantha sonrió apenas-
-Es verdad. –Lo miró- Ella deseó que yo no naciera, la escuché. Mi papá le dijo que estaba loca.
-Eres hermosa y tu personalidad es la mejor, así nos hayamos conocido unos minutos, me agradas mucho y eres muy divertida –Samantha sonrió mirándolo- Tú mamá...Discúlpame pero si está loca.
-Lo sé. –suspiré-
-¿Será temporal?
-¿Qué cosa?
-Vivir aquí.
-No lo sé. Cuando termine la preparatoria y la universidad tengo que volver. Mi vida, mi forma de ser, todo es de allá.
-Entiendo. –Sonrió, ella devolvió el gesto- Pero de aquí a que termines todo, te quedarás.
-¿Cómo lo sabes?
-Pues, una amiga pasó por lo mismo que tú, es mayor. Ella decidió en quedarse. –ella suspiró-
-Lo dudo. –Su IPhone sonó como tono de mensaje, lo miró "Hannelius ven a la casa -Mamá"- Tengo que irme. –se levantó, Santiago la imitó-
-Está bien. ¿Te veo después? –ella asintió- Cuídate.
-Igual. -sonrió. Ambos se abrazaron-

Caminó algo rápido a casa, a esperar el dulce regaño de su hermosa madre.

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⏰ Última actualización: May 28, 2016 ⏰

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What about our promises? (Go Wattys 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora