Intento.

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Los días transcurrían lentamente, me mudé a un departamento no muy lejos del que había estado, era amplio, era diferente. El anterior lo dejé ahi tirado bajo llave, dejando las pertenencias de Guren allí.

Todo este tiempo desde que hablé con Kureto, siento que me eh sentido diferente, no sabría explicar de que forma, pero algo en mi sentí que había cambiado. Quizás una forma diferente de ver el mundo o por lo menos mi situación en la que estaba. De lo que si estaba seguro es que nada iba a volver a ser como antes, absolutamente nada.

— Hola.
— ¿Uh? ¿Qué haces aquí?¿Cómo entraste?
— Esta claro que por la puerta.
— ¿Kureto?
— Esta bien. No te enojes.
— No lo estoy.

Si lo estaba, no es la primera vez que entra sin mi consentimiento. Es extraño estar en el mismo lugar que el, después de lo que me dijo.

— Si lo estás. ¿Puedo hacer algo para que se te pase el enojo? — se acercó hacia mi.
— No. —di un paso hacia atrás.

No es que le tenga miedo, pero aun así no estaba preparado para nada ahora.

— No muerdo, Shinya. —colocó sus manos en sus bolsillo, mientras daba una sonrisa de lado.
— Eso aún no lo se. —lleve una de mis manos a mi boca tapandola.

Que rayos me estaba pasando.

—Vaya, Shinya. ¿Quieres probar?
—Si, ¡Digo No!, maldición, no era mi intención, lo siento.—di la media vuelta y me dirigí a la cocina.
—Tranquilo Shinya, nunca haría algo que tu no quisieras.

Levante mi mirada hacia el, llevaba un traje oscuro y camisa blanca sin corbata, su pelo iba desordenado, se veía sexy... Le sonrei cariñosamente y preferí no responder ni hacer nada.

—Bueno, sólo pasaba a ver como estabas. Mañana nos vemos.

Lo vi dirigirse hacia la puerta de salida para darme una mirada y salir.

No se que estaba pasando conmigo, estaba viendo a Kureto de una forma/manera diferente, o tal vez era por que a sido la única persona que a estado conmigo desde esa vez. Suspire y tomé un vaso de agua.

—Debería comenzar a trabajar. -hablaba mientras me dirigía al sofá con mi vaso.

Tomé el teléfono llamando a Mitsuba, esperé los tres tonos y ella me contesto. Se notaba muy feliz, desde que aquel día del hospital no la había visto, ella también no volvió a trabajar y en reemplazo estaba Sayuri.

—Entonces mañana nos vemos. -colgué el teléfono y me tiré en el sofá, mirando hacia la televisión.

[...]

Me desperté, ya era de noche y estaba en mi cama. Me senté rápidamente, en que momento había llegado a mi cuarto o tal vez...

Se me paso por la mente que quizás Kureto había sido, mire mi reloj y era cerca de las seis de la mañana. Lleve mis manos a mi rostro y me refrege con ellas, hacia mucho no dormía así, desde... me levanté y fui al baño.

Tome una ducha corta y me vestí con algo simple. Después de un mes volvería ver a mis pacientes. Por algún estúpido motivo me sentía bien al volver a trabajar.

Me preparé el desayuno, se sentía sólo, estar en la mesa sin nadie con quien platicar o solo mirar.

—Hola.

Aquella voz ya la tenia grabada en mi memoria y por un instante quize sonreirle, pero no lo hice.

—Buenos días, Kureto. —hable sin depegar mi mirada del celular.
—Oh, ¿tan obvio soy? —tomo asiento para comenzar a tomar desayuno junto a mi. —Y dime. —levante mi mirada juntandola con la de el. —¿Estas listo para ir a trabajar?
—Oh, eso. La verdad es que si, me siento ansioso. —le di un sorbo a mi café.

Por Ti. 《GURESHIN》《KureShin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora