Sobre Elián Griff
Elián es un muchacho que creció creyendo que en la vida nada bueno podría esperarle, fue exitoso en todo lo que hacía hasta el octavo grado; pero después de la muerte de su padre, su vida dio un giro inesperado, las cosas para él, habían cambiado drásticamente y su mundo, era diferente ahora.
Estuvo atrapado en una relación por al menos 1 año y 3 meses --la mitad de su vida en la secundaria-- cuando esta termino, Elián se encontraba incluso más convencido de que a él solo le esperaba pura mierda.
--¡Por dios mamá! --Exclamo Elián-- ya estoy en mi último año de preparatoria y no tengo ninguna necesidad de encontrar a otra chica que venga a echarle más mierda a mi vida; con la que tengo basta y sobra.
--¿Qué te pasa Elián? --pregunto su mamá-- en primera, no eres el único que ha pasado por malos ratos en la vida, a todos nos suceden, por cierto, hay quienes desearían tener todo lo que tú tienes, y en segunda, no tienes por qué estar hablando de esa manera, tienes prohibido hacerlo dentro de esta casa, ¿¡ENTENDISTE!?.
--Si mamá, disculpame... ahora que recuerdo, tu siempre sales con el mismo discurso, solo que esta vez te falto hablar sobre los niños de África.
--Deja en paz a los niños de África --Dijo su mamá mientras lavaba los platos sucios-- además, dime que de malo tiene que busques a una chica, comprendo que tu última relación fue mala, pero no puedes encerrarte en tu alocada manera de pensar.
--No me siento cómodo hablando de este tema contigo, mamá; me voy, quede de ir a la casa de Sofía a las 3, que tengas un lindo día, adiós.
--Te espero para cenar, no llegues tarde... ah ¡y por cierto, tienes que irte acostumbrando!-Grito su mamá mientras Elián salía por la puerta principal.
Alexandra, que era como se llamaba la mamá de Elián, muchas veces no entendía nada de lo que le sucedía a su hijo, solía creer que estaba sumergido en pensamientos raros, pero no por esto malos, solo creía eso por la incapacidad de entenderle que tenía cada vez que mantenían alguna conversación. Ella había tratado de entablar una relación de amistad con sus hijos desde la muerte de su esposo, quería ser más que su madre o padre, trataba de ser su amiga, pero el único con el que podía conversar tranquilamente sobre el colegio o sus amistades era con Aarón, el hermano menor de Elián, quien estaba a punto de cumplir ya los 11 años, y solo raras veces, lograba mantener buenas charlas, que solían durar horas, con Tyler. Este ultimo, quien por cierto es el mayor de todos; una estatura de 1,85cms, lo hacen bueno a la hora de jugar al basquetbol, su deporte favorito, tiene 22 años y además estudia arquitectura, él ha sido bueno en casi todo lo que ha hecho, se graduó de la escuela con honores, no suele hablar mucho desde aquel trágico día y prefiere mantener buenas conversaciones solo con sus hermanos y a veces con Alexandra; su cuerpo delgado y un rostro bien definido lo hacen un joven muy atractivo con un gran parecido a su papá --uno de los motivos que hacen creer a Elián que él era el preferido de su mamá-- pasaba horas en su cuarto, con la luz de la lámpara encendida sobre él, quemándose las pestañas mientras leía grandes libros sobre su carrera; fue a quien más le afecto la muerte de su padre, podría decirse que incluso más que a su mamá. Elián solía escucharlo en ocasiones llorando por horas, a veces incluso escuchaba como hablaba solo en su habitación, pero cuando este salía, todo parecía tan normal en él, haciéndole creer a Elián que todo había sido una mala jugada de su loca imaginación.
Eran las 7:30 am del sábado, todos dormían, excepto Tyler y Elián, quienes se encontraron en la cocina; ellos no solían verse muy a menudo los fines de semana, siendo que ambos Vivian en la misma casa.
--¿Cómo estás?-pregunto Elián mientras se servía un tazón de cereal.
--Jodidamente cansado-respondió Tyler mientras preparaba un sándwich de jamón y queso-¿y tú?-preguntó.
*Ambos tomaron asiento en la mesa*
--tu sabes, lo mismo de siempre, solo estoy aquí, respirando y supongo que eso es bueno-dijo Elián mientras soltaba una risa.
--Creo que necesitamos salir de esta rutina, todo esto me tiene muy mal.
--Pienso igual que tú, lo mejor serian unas buenas vacaciones.
--Tu solo piensas en vagar ¿no?
--¡Es parte de mi ser!-exclamo Elián con sarcasmo.
--Solo falta un mes para que te gradúes y aun no has pensado que es lo que vas a estudiar, deberías ponerle más empeño a eso.
--Aun no decido que, pero si donde, y te aseguro que no me quedare en esta ciudad.
--Con las calificaciones que tienes, ¿¡pretendes ir a estudiar afuera!?-pregunto Tyler mientras soltaba una carcajada. Una de esas que Elián no había escuchado en mucho tiempo.
--Quizás tengas razón.
--¡HEY!, era solo una broma, yo sé que puedes, solo debes confiar un poco más en ti mismo.
--Es fácil para ti decirlo, tú tuviste la oportunidad de graduarte cuando él aún estaba vivo, pudiste sentir su orgullo, lo tuviste contigo en las etapas más difíciles, te enseño más de lo que siquiera tuvo la oportunidad de mostrarme a mí, es por eso que hoy eres quien eres y fue gracias a él que te graduaste con honores y sin embargo, ¿preferiste quedarte aquí?, cuando la vida te dio oportunidades que a chicos como a mi jamás se le presentaran, ¿Por qué?-pregunto Elián en voz baja y temblorosa, mientras una de sus manos agarraba fuertemente la cuchara con la que comía.
--oye, la vida nunca será como tú la imaginas, no existe una vida perfecta, y si así fuera, si todo fuera alegría, si el dolor no existiera, dime ¿Cómo aprenderíamos a ser fuertes?, no creas que porque él estuvo conmigo más tiempo logre más de lo que otra persona puede lograr, es cierto que me ayudo bastante, pero el éxito depende de cada uno, no de alguien más... ¡eres tú, quien decide lo lejos que quiere llegar!--dijo Tyler mientras se levantaba y se alejaba de nuevo a su cuarto-- ¡Nos vemos más tarde!-Exclamo.
Tyler no solía darle consejos a sus hermanos, creía que eso le correspondía solo a su madre, pero aquella mañana, sin darse cuenta, cambio algo, por muy pequeño que haya sido, en Elián.
Habían vivido en la misma casa modesta al sur de Denver desde que el mayor de los hnos tenía uso de razón, conocían a todos en el barrio, y todos en el barrio sabían que la vida no los había tratado muy bien que se diga; sus tíos pensaban, y cada que podían lo afirmaban en voz alta, que el único que tenía futuro en esa casa era el hermano mayor, sus dotes para los deportes y las matemáticas lo hacían alguien excepcional ante los ojos de los demás; pero a Elián, eso no era algo que le importara demasiado, es más, nisiquiera le fastidiaba el que los demás no creyeran en él, algo si es seguro, y es que le molestaba casi todo a su alrededor, especialmente sus tíos, por el simple hecho de hablar mierdas cada que podían, y solo consideraba indispensables para sí mismo a su madre y hermanos.
"Realmente creo que el mundo esta lleno de personas que son un asco, especialmente aquellas que te juzgan por lo poco que demuestras, estoy seguro de que ellos son los peores; es por esto que suelo sorprenderme bastante cuando logro encontrar a alguien que no es igual a los demás"
ESTÁS LEYENDO
Los sobresaltos de la Vida
Teen FictionLa vida te puede limitar como no te imaginas, conocer a alguien en este mundo que encaje a la perfección contigo, es casi imposible, y esto te podría llevar a una eterna búsqueda si no superas tus miedos, pero hay algo que debes saber: " todos los c...