Gustos extraños, vida extraña
"Siento como las cosas empiezan a cambiar, mis últimos días en el colegio se van, y una nueva vida me espera, se que más allá de todo, lograré cada cosa que me proponga y no necesito a nadie para poder hacerlo"
Los días en el colegio no son buenos en ningún sentido para Elián, no suele ser un chico muy extrovertido y su círculo de amistades es reducido a comparación del de otros; total, eso es algo que no le interesa demasiado.
Eran las 10:00 am y se encontraba sentado en un banco del jardín de su colegio durante la hora del receso leyendo uno de sus libros favoritos "The Host", en cierto modo, él no es igual a los demás jovenes, se supone que a su edad deberían estar buscando chica tras chica, o practicando muchos deportes, no leyendo libro tras libro.
--¿Aun no has terminado ese libro, Elián? --pregunto Sofía-- yo lo termine hace dos semanas y lo empecé después de ti
--Lo leo por segunda vez --respondió
--En serio se nota que no tienes en que más ocupar tu tiempo, ¿no es así? --dijo Sofía mientras se sentaba a su lado
--No se trata de eso, solo que me gusta, y además no eh encontrado otro libro que capte tanto mi atención como lo hace este.
--Deberías ejercitarte un poco más, ya estas quedando con mucha cabeza --dijo Sofía mientras reía a carcajadas.
--ja ja ja, que graciosa eres, no seas pendeja Sofía --haciendo muecas con la cara-- sabes que mi cabeza es tan sexy e irresistible, todas las chicas desean esta cabeza.
--A veces creo que eres un pervertido atrapado en el cuerpo de un nerd --dijo ella mientras soltaba una risilla y se levantaba-- ¿quieres ir a mi casa a comer algo después de clases?
--pues, soy el mejor nerd pervertido de este planeta; sabes que siempre que tengas tu heladera llena allí estaré.
Como te daras cuenta, él no era en nada, igual a muchos de los chicos que se encuentran por ahi, cosa que lo hacía raro ante los ojos de otros, pero no es posible negar que a pesar de ser como es, tiene un rostro que hace desear a muchos tener, sus grandes ojos de color marrón claro, sus pestañas largas, unas cejas gruesas y su nariz respingada lo hacían atractivo para muchas chicas de su clase, a pesar de esto, no se fijaba en nadie y muchos pensaban incluso que era gay --tampoco estoy interesado en alguna, siempre llenandose de maquillaje, y vistiéndose de manera que todos vuelquen a verlas, nunca tienen charlas interesantes sobre la vida, los ovnis, sus libros favoritos, sus gustos, o cosas como estas, ellas solo estan ahí, siendo la versión que la sociedad quiere ver-- el que habláran mal de él, no era algo que lo tuviera enfadado o al pendiente de lo que pensaran una bola de inútiles (así solía llamar a quienes siempre trataban de creerse mejor que otros).
--"Suelo cometer errores todos los días, pero de algo estoy seguro, y es que mañana cometeré otros, y serán mejores" --esta es una frase que había visto en algún lugar, realmente no recuerdo donde, pero desde que la leí por primera vez, no he dejado de usarla y en cuanto cumpla la mayoría de edad, me la tatuare en la espalda.
Sofía había sido la mejor amiga de Elián hacía ya 2 años, era una chica de estatura mediana, cabello castaño y ojos azules, muy linda y además, solía caerle muy bien a las personas, pero a pesar de ello, Elián había resuelto el verla como una amiga nada más, una muy bella por cierto; su amistad da inicio de una manera extraña, permiteme contarte un poco sobre esto.
Sofía daba una fiesta casi al inicio del segundo año de la preparatoria, a la que por cierto él no fue invitado, pero aun así decidió asistir con alguno de sus amigos, en el transcurso de la misma, Elián se salió de control con unas copas de demás, y quedo dormido en el baño para invitados de la casa de ella, la anfitriona lo encontró allí la mañana siguiente, totalmente borracho bajo su ducha. Tardo alrededor de 45 minutos en despertarlo, uso cientos de técnicas para reanimación de ebrios, pero solo una funciono, tuvo que abrir la ducha sobre él; supongo que esa no es la mejor manera de conocer a quien que será tu confidente durante años, es más, cualquier persona lo habría echado a la calle al verlo ahí, pero Sofía, Sofía no era cualquier persona, incluso llego a invitarle un tazón de leche tibia y algo para comer tratando de que a este se le pasara un poco la resaca; suerte fue la de Elián al enterarse de que los padres de ella no se encontraban en casa, pues unos días después se enteró de que eran buenos amigos de su mamá. Cuando llego a casa con la chica debajo de su brazo, su mamá lo primero que hizo fue correr en su dirección, pues pensó que algo malo le había sucedido, pero en cuanto logro oler el tufo que emanaba de él, no dudo ni un segundo en volcarle la cara de un golpe, este solo la miro sabiendo que estaría castigado por un buen tiempo, y Sofía estaba tan avergonzada que no podía hablar siquiera, pero tuvo que quedarse a explicarle la situación a Alexandra, le conto que eran compañeros de curso, pero no amigos; ella comprendió la situación y no se enfadó con Sofía ya que esta no tenía la culpa, además y sin razón alguna, le cayó muy bien desde el primer momento en el que la vio cargando a su alcoholizado hijo; fue así como él se ganó el castigo más largo que haya conocido su corta vida, 2 meses sin poner un solo pie fuera de casa después de las 7 pm. Así, el humillado Elián llego a conocer a no cualquier persona, sino, a una de esas pocas que suele agradarle, Sofía.Mas tarde en casa de ella, prepararon algo de comer mientras esperaban a Blas, quien no tardaría mucho en llegar; este último era amigo de Elián mucho antes que Sofía, se conocían desde el primer grado; sin embargo nunca fueron tan apegados hasta que Blas se enamoró de ella, desde aquel día siempre andaba detrás de ambos, él trataba de estar entre sus planes cada que podía y casi siempre llegaba acompañado de Matt, su mellizo, que además era su compañero de clase y fiel amigo.
--Hey Blas! ¿Dónde te habías metido?-pregunto Elián
--¡Hemos estado esperándote por horas!-Exclamo Sofía
--Calma jóvenes... ¡les eh traído algo!-dijo Blas con una sonrisa.
--No seas tan dramático, te vez estúpido-dijo su acompañante, Matt.
--No me creas tonta, por tu fuerte olor sé que has estado bebiendo desgraciado, ya pásame esas cervezas de una vez, las guardare antes de que se calienten-Dijo Sofía algo molesta.
--Solo quería llegar con algo-Explico Blas.
--No lo niego, me agrada tu sorpresa-dijo Elián mientras chocaba el puño con Matt y le daba la mano a Blas.
--Solo siéntate y prende la televisión, mis padres no están en casa, llegaran tarde el día de hoy.
--Sabes que me encanta cuando te pones ruda, eso ¡me vuelve loco!-dijo Blas haciendo muecas con la boca mientras la miraba.
Ella ya sabía sobre los sentimientos "ocultos" de Blas, pues en cada oportunidad que este tenía, le recordaba sus inmensas ganas de poder besarla y tenerla de novia, pero él no era su tipo, o al menos así lo decía. Pero tu destino puede cambiar de un momento para otro, nunca sabrás de que modo, solo queda esperar.
Para Elián, sus últimos días en el colegio pasaban de manera veloz, las cosas a su alrededor parecían hacerse más monótonas a medida que el tiempo se iba y pensar en lo que en el futuro le esperaba, era algo que de algún modo le causaba miedo, siempre sumergido en algún tipo de negativismo, creyendo que su vida empeoraría de cierta forma cuando se aleje de ese mundo al que tanto se había acostumbrado y llegue el momento de conocer la verdadera soledad; pero como dije antes, su destino estará siempre ahí, esperando por él.
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Los sobresaltos de la Vida
Genç KurguLa vida te puede limitar como no te imaginas, conocer a alguien en este mundo que encaje a la perfección contigo, es casi imposible, y esto te podría llevar a una eterna búsqueda si no superas tus miedos, pero hay algo que debes saber: " todos los c...