DEADLY OBSESSION [HunHan]

CAPÍTULO: 25

POV SEHUN

Verum est quod aliquando erit qui volunt dissipare murum. Ut non disperdam eos.[*]

ANUNCIADOS DE LA MANO DE OMS

Yo también había creído que éramos de dos mundos diferentes, hasta hace cinco minutos que me dí cuenta que Luhan y yo somos más parecidos de lo que parece, él podría estar comprometido con uno de los pilares de la Nueva Corea. Pero eso no le hacía menos mío.

—La culpa ha sido mia, no tuya, así que no te preocupes. Luhan—La brisa del tiempo estaba comenzando a incomodarnos.

—No ha sido culpa de nadie—Dijo y vi como sus ojos iban perdiendo brillo.

Silencio.

—Las pastillas si funcionan después de todo. —Su risa sonaba tan apagada. —Eso no puede ser, biológicamente no puede ser.

— ¿Por qué  no puede ser Luhan? —Intenté capturar su mirada con la mia.

—Huh…

—Mi Luhan esta embarazado—Dije asombrado, a él se le llenaron los ojos de lágrimas y por un corto momento quise llorar junto a él, pero no—Me has dado una noticia única, ¿Lo sabes, no?

Luhan sonrió con aquel gesto que solo él poseía, tenía la duda existencial de si en realidad estaba feliz o solo lo simulaba.

—Vamos a ser padres, Sehun—Musitó sonriéndome— ¿Puedes creer eso?

—Tú no querías tener hijos.

—No, no quería tan pronto, pero ahora solo quiero tenerle entre mis manos y decirle lo mucho que lo quiero y repetirle que se parece a su padre.

— ¡Felicidades! —Kai apareció de entre la oscuridad con Kyungsoo tomado del brazo, el pequeño sonreía de lado con dirección a Luhan—Kyungsoo ya me lo contó todo, ¿Cómo se siente Luhan?

—Normal. —Dijo mirando a Kai. Cerré los ojos y lo imaginé ante mí, cambiado, con el producto dentro. Y no pude evitar sonreír.

<<Control, Sehun. Eres un Oh>>

—Luhan, tienes que decirle a la rubia de la enfermería que cierre la boca si no quieres que toda la Nueva Corea se entere. —Sentenció Kyungsoo, Luhan se removió un poco pero no dijo nada.

—Si quieres podemos dormirla—Propuso Kai.

—No es necesario, ella entenderá. Ahora ya debo irme.

—Te llevaré.

Aquella noche tomé su mano como si no hubiese un mañana, Luhan me besó con tanta delicadeza que podía sentir las pulsaciones de su corazón bajo mi palma, no era la gran cosa pero estuvimos caminando en silencio, le pedí que no dijese nada, no era un buen momento para que Donghae se enterase de aquello, y mucho menos el tal Xiumin que últimamente se había convertido en otro tirano de la Nueva Corea.

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—Sí que eres lento, igual a papá. —Levanté la vista en dirección a Suzy quien me ayudaba a organizar las maletas.