Tumbada en la cama estaba,
ya no quería hacer nada.
Alguien por la puerta entro,
y rápidamente hacia mi se acercó.
Por el cuello de la camisa me cogio,
y un golpe en la cara me dio.
Para acusarme,
de que su hijo (mi ex) se fuera.
A su madre,
nunca le caí bien.
Pero tal vez si tuviera algo de culpa,
y por eso me lo merecía.
Por no haberlo querido lo suficiente.