Aún recuerdo aquel día.
Estaba en un banco sentada,
mirando atentamente la nada,
mientras que de mis ojos, gotas de agua resbalaban.
Todo el mundo pasaba,
todo el mundo me miraba,
Todos de mi se reían,
por ser yo misma.
Y viniste a ayudarme,
y me levantaste con una gran sonrisa.
Y desde aquel día,
todo se volvió de color manzana.
Pero solo me ayudaste,
para abandonarme.